A continuación se publican algunas máximas y sentencias de este autor relacionadas con el mundo de la administración y de los negocios.
A los competidores no hay que valorarlos por la pinta de tigre sino por el tamaño de los colmillos.
En el mundo de los negocios hay que cuidarse todo el tiempo de las buenas ideas que no producen utilidades.
En el mundo de los negocios hay que cuidarse todo el tiempo de las buenas ideas que no producen utilidades.
Cuando un empresario se siente exitoso es cuando incurre en las más graves equivocaciones.
Ni la reingeniería, ni la calidad total, ni la planeación estratégica sustituyen una buena administración.
Una buena contabilidad siempre dice la verdad. Por eso no nos gusta.
Solo la intuición puede protegernos del más peligroso de todos los individuos, el incompetente articulado.
Arroje a la caneca de su escritorio las ideas que le parezcan o muy novedosas o muy brillantes.
Ni la reingeniería, ni la calidad total, ni la planeación estratégica sustituyen una buena administración.
Una buena contabilidad siempre dice la verdad. Por eso no nos gusta.
Solo la intuición puede protegernos del más peligroso de todos los individuos, el incompetente articulado.
Arroje a la caneca de su escritorio las ideas que le parezcan o muy novedosas o muy brillantes.
No hay que resolver problemas. Lo que hay que resolver son temas.
El empresario audaz acierta menos que el prudente, pero sus éxitos son mas vistosos.
El empresario audaz acierta menos que el prudente, pero sus éxitos son mas vistosos.
En épocas difíciles, los activos se vuelven muy pasivos y los pasivos se vuelven muy activos.
Es mejor negocio cambiar de negocio que intentar rentabilizar uno malo.
Si su negocio está creciendo más rápido que su capital, está en peligro de quiebra.
Empiece a desconfiar de la situación económica cuando los deudores están más confiados y tranquilos que los acreedores.
En los negocios, las amistades están supeditadas a los resultados.
Solo es buen negociante aquel a quien la próspera fortuna no puede engañar.
Bienes raíces los de la tierra, bienes móviles los de la fortuna.
El dinero mal habido se consigue a precio de alma.
Vasallos todos, desde la juventud y hasta la ancianidad, del tiempo y del dinero.
El que cambia de personalidad con la fortuna confiesa no haberla merecido.
Es mejor negocio cambiar de negocio que intentar rentabilizar uno malo.
Si su negocio está creciendo más rápido que su capital, está en peligro de quiebra.
Empiece a desconfiar de la situación económica cuando los deudores están más confiados y tranquilos que los acreedores.
En los negocios, las amistades están supeditadas a los resultados.
Solo es buen negociante aquel a quien la próspera fortuna no puede engañar.
Bienes raíces los de la tierra, bienes móviles los de la fortuna.
El dinero mal habido se consigue a precio de alma.
Vasallos todos, desde la juventud y hasta la ancianidad, del tiempo y del dinero.
El que cambia de personalidad con la fortuna confiesa no haberla merecido.
Es trágico lanzarse de emprendedor sin serlo. La gran mayoría no lo es.
Arriesga su fortuna quien lo quiere abarcar todo atraído por los cantos de sirena de la diversificación.
Para los abuelos, la deuda de una empresa no debía superar a la cartera. No estaban del todo equivocados.
Con ambición y arrojo se conquista a la fortuna. Pero solamente se la conserva con prudencia y discreción.
Lo que mas separa al hombre de la bestia son las preocupaciones financieras.
En administración, los innovadores son aves de paso. Sin la anuencia de los burócratas no hay cambios que perduren.
Cuando a un administrador le sobran las ideas es porque no distingue entre las buenas y las malas.
Preocúpate si la competencia está hablando bien de tu negocio. Tranquilízate si está hablando mal.
Lo único que garantiza la continuidad de las grandes fortunas es no comprometerlas en grandes errores.
Si la diosa fortuna no fuera mudable y caprichosa, el planeta estaría colmado de ricachones.
Los negocios son como un vehículo. No se mueven por sí solos sino cuando van en picada.
La persuasión es un recurso del débil, pero el débil rara vez tiene los medios para persuadir.
La adversidad puede hacer mas sabios a los hombres pero no necesariamente mejor negociantes.
En administración, a mayor delegación, más necesidad de control.
Buena memoria la del acreedor y mala la del deudor.
Acertar es fácil cuando no se dispone de contabilidad.
Es un imposible metafísico enriquecerse sin ahorrar.
Lo importante no es evitar errores, sino corregirlos a tiempo.
La mala fortuna: insufrible si resultado de errores propios, como lo es casi siempre.
Los ahorros en costos, hasta no verlos no creerlos.
En los negocios, la buena y la mala suerte tienden a neutralizarse entre si. Por eso no hay que abusar de la buena suerte.
Quienes gustan de los desayunos de trabajo sufren de sosería.
Cuando dos competidores llegan a una alianza estratégica es porque uno de ellos sobra.
Nada como un buen ‘due diligence’ para bajarle los humos a administradores y empresarios.
Rara vez hay una segunda oportunidad para una primera impresión.
El no y el sí son breves, pero exigen de mucho pensar.
Para reducir costos se requiere mas de carácter que de creatividad.
La especie humana se divide en dos: los que piden prestado y los que prestan.
Siempre es preferible aprender de administración con el dinero ajeno que con el propio.
Los dueños de grandes conglomerados económicos ni administran, ni gobiernan. Simplemente reinan.
No sobre extenderse en épocas prósperas es garantía de supervivencia en las duras y maduras.
Las buenas oportunidades de negocios por lo general no timbran dos veces en la misma puerta.
La mas antigua aspiración de la humanidad: poseer sin merecimiento.
En épocas de recesión, no retroceder es avanzar.
Profesional es quien hace su trabajo, así llueve, truene o relampaguee.
La realidad peca de inconsistente y mas cuando de negocios se trata.
Muchas son las oportunidades de negocios, pero pocos son los llamados a aprovecharlas.
Detrás de cada hombre exitoso, hay una mujer sorprendida.
Lo único que garantiza la continuidad de las grandes fortunas es no comprometerlas en grandes errores.
Si la diosa fortuna no fuera mudable y caprichosa, el planeta estaría colmado de ricachones.
Los negocios son como un vehículo. No se mueven por sí solos sino cuando van en picada.
La persuasión es un recurso del débil, pero el débil rara vez tiene los medios para persuadir.
La adversidad puede hacer mas sabios a los hombres pero no necesariamente mejor negociantes.
En administración, a mayor delegación, más necesidad de control.
Buena memoria la del acreedor y mala la del deudor.
Acertar es fácil cuando no se dispone de contabilidad.
Es un imposible metafísico enriquecerse sin ahorrar.
Lo importante no es evitar errores, sino corregirlos a tiempo.
La mala fortuna: insufrible si resultado de errores propios, como lo es casi siempre.
Los ahorros en costos, hasta no verlos no creerlos.
En los negocios, la buena y la mala suerte tienden a neutralizarse entre si. Por eso no hay que abusar de la buena suerte.
Quienes gustan de los desayunos de trabajo sufren de sosería.
Cuando dos competidores llegan a una alianza estratégica es porque uno de ellos sobra.
Nada como un buen ‘due diligence’ para bajarle los humos a administradores y empresarios.
Rara vez hay una segunda oportunidad para una primera impresión.
El no y el sí son breves, pero exigen de mucho pensar.
Para reducir costos se requiere mas de carácter que de creatividad.
La especie humana se divide en dos: los que piden prestado y los que prestan.
Siempre es preferible aprender de administración con el dinero ajeno que con el propio.
Los dueños de grandes conglomerados económicos ni administran, ni gobiernan. Simplemente reinan.
No sobre extenderse en épocas prósperas es garantía de supervivencia en las duras y maduras.
Las buenas oportunidades de negocios por lo general no timbran dos veces en la misma puerta.
La mas antigua aspiración de la humanidad: poseer sin merecimiento.
En épocas de recesión, no retroceder es avanzar.
Profesional es quien hace su trabajo, así llueve, truene o relampaguee.
La realidad peca de inconsistente y mas cuando de negocios se trata.
Muchas son las oportunidades de negocios, pero pocos son los llamados a aprovecharlas.
Detrás de cada hombre exitoso, hay una mujer sorprendida.
La política y el dinero son como unos novios en busca de excusa.
Entre perdedores, uno mas uno no suma dos.
No se puede perder lo que no se tiene.
Todos simpatizan con el vecino que fracasó. Pocos lo hacen con el que triunfó.
Liderazgo personal que se pierde, liderazgo que no se recobra.
Nada se saca con ser inteligente si no se usa bien la inteligencia.
No hay teorías ni enseñanzas que garanticen el éxito en los negocios.
La riqueza y la salud solo se aprecian en su verdadera dimensión cuando se pierden.
La única manera de hacer realidad los sueños es despertándose.
Siempre ha sido más divertido destruir que conservar.
La autoestima y el éxito en los negocios no necesariamente van de la mano.
Mejor vivir rico que morir rico.
Para avanzar en una discusión permita que su interlocutor crea que sabe más de lo que sabe.
Es mal empresario el que se da cuenta de todo, excepto de las cosas que cambian.
A veces, una pequeña mentira ahorra muchas explicaciones.
Ante ciertos personajes, mejor no contradecir y culpar después a la memoria.
Todo negocio, por pequeño que sea, es una gran aventura.
Errar es humano. Por eso los buenos negociantes tienden a ser inhumanos.
Si pones todos los huevos en una canasta, ponle mucha atención a la canasta.
Más se pierde en la prosperidad cuando confiados, que en la adversidad cuando prevenidos.
Solo de dioses robarle tiempo al tiempo.
Al imprescindible, ascenderlo a un puesto donde sea prescindible.
Pobre es aquel que cuenta permanentemente el dinero que posee.
Las quiebras son al capitalismo lo que el infierno es a la religión.
Difícil encontrar oro sin gastar antes otro oro.
Todos simpatizan con el vecino que fracasó. Pocos lo hacen con el que triunfó.
Liderazgo personal que se pierde, liderazgo que no se recobra.
Nada se saca con ser inteligente si no se usa bien la inteligencia.
No hay teorías ni enseñanzas que garanticen el éxito en los negocios.
La riqueza y la salud solo se aprecian en su verdadera dimensión cuando se pierden.
La única manera de hacer realidad los sueños es despertándose.
Siempre ha sido más divertido destruir que conservar.
La autoestima y el éxito en los negocios no necesariamente van de la mano.
Mejor vivir rico que morir rico.
Para avanzar en una discusión permita que su interlocutor crea que sabe más de lo que sabe.
Es mal empresario el que se da cuenta de todo, excepto de las cosas que cambian.
A veces, una pequeña mentira ahorra muchas explicaciones.
Ante ciertos personajes, mejor no contradecir y culpar después a la memoria.
Todo negocio, por pequeño que sea, es una gran aventura.
Errar es humano. Por eso los buenos negociantes tienden a ser inhumanos.
Si pones todos los huevos en una canasta, ponle mucha atención a la canasta.
Más se pierde en la prosperidad cuando confiados, que en la adversidad cuando prevenidos.
Solo de dioses robarle tiempo al tiempo.
Al imprescindible, ascenderlo a un puesto donde sea prescindible.
Pobre es aquel que cuenta permanentemente el dinero que posee.
Las quiebras son al capitalismo lo que el infierno es a la religión.
Difícil encontrar oro sin gastar antes otro oro.
Las empresas exitosas tienden a sobrevalorar su presente.
Las malas administraciones tienden a caer en lo dramático.