Jorge Ospina Sardi
Las elecciones del 13 de marzo de 2022 para Congreso y consultas de candidatos despejaron sorpresivamente el panorama de las elecciones presidenciales colombianas que tendrán lugar el 29 de mayo.
Lo primero para destacar es el pobre resultado de la coalición Centro Esperanza con Sergio Fajardo a la cabeza. Su votación total llegó a 2.3 millones, frente a 4.2 millones de la coalición Equipo por Colombia con Federico Gutiérrez (Fico) a la cabeza y 5.8 millones de la coalición Pacto Histórico con Gustavo Petro a la cabeza.
Las cifras de la coalición Centro Esperanza se comparan con la votación obtenida por Fajardo en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de 2018 que fue de 4.6 millones. Para este candidato la pérdida es todavía mayor si se tiene en cuenta que dentro de los 2.3 millones de votos que obtuvo su coalición logró apenas setecientos mil votos.
En el caso de la coalición Equipo por Colombia el candidato independiente Fico fue un claro ganador ya que obtuvo 2.2 millones de votos de un total de 4.2 millones de votos. En 2018 la consulta de la llamada centro-derecha en la que participaron Iván Duque, Martha Lucía Ramírez y Alejandro Ordóñez logró 5.9 millones de votos. Hay que señalar que en el Equipo por Colombia no se contó con la participación del candidato del Centro Democrático Oscar Iván Zuluaga.
Del total de 5.8 millones de votos de la coalición del Pacto Histórico, Gustavo Petro obtuvo 4.5 millones. En la primera vuelta de 2018 Petro logró 4.9 millones de votos. Si bien la votación del Pacto Histórico fue alta, estuvo por debajo de las proyecciones que sus voceros se habían trazado. Para senado obtuvo apenas 2.7 millones de votos y 19 senadores. Los votos del Pacto para senado fueron menos de la mitad de los que Petro logró en la consulta.
La pregunta del millón es entonces como quedan alineados los candidatos presidenciales para la primera vuelta de las elecciones presidenciales de finales de mayo. Zuluaga, al día siguiente de las elecciones, retiró su candidatura y adhirió a Fico. No participaron Rodolfo Hernández e Ingrid Betancourt, quienes tienen algún reconocimiento en las encuestas.
Al Centro Democrático, el partido de Zuluaga, no le fue del todo bien en las elecciones para Congreso. Ocupó el quinto lugar en el senado con 1.9 millones de votos y 13 curules (frente a 19 curules que obtuvo en 2018).
Los partidos que apoyan a Fico actualmente, Partido Conservador, Centro Democrático, Partido de la U y coalición Mira-Colombia Justa Libre obtuvieron para el senado en total 6.1 millones de votos y 42 curules.
Si a lo anterior se agrega, como es previsible que sucederá, 1.6 millones de votos de Cambio Radical y sus 11 senadores, estaríamos hablando que la gran coalición que apoyaría a Fico sacó en las elecciones para senado 7.7 millones de votos y 53 curules (de un total de 108 curules). Es decir una votación superior en 1.9 millones de votos a la del total del Pacto Histórico y también superior en términos de curules para el senado (53 curules versus 19 curules del Pacto + 5 de las FARC que esta organización recibe como regalo por el Acuerdo de Paz).
Quedan flotando en el aire los votos y las curules obtenidas para el senado por el Partido Liberal (2.1 millones de votos y 14 curules) y por la Coalición Centro Esperanza (1.9 millones de votos –muy similar a los de la consulta– y 13 curules).
Pase lo que pase con estas dos agrupaciones, digan lo que digan o hagan lo que hagan sus dirigentes, en una eventual segunda vuelta entre Fico y Petro, sus votos tenderían a inclinarse mas hacia el primero que hacia el segundo. El problema que tiene Petro es la gran resistencia y temor que despierta entre vastos sectores de la sociedad colombiana, así haya intentado pulir su imagen con vestimenta fina.
Es sorprendente la forma como se le alinearon los astros a Fico en esta elección. Obtuvo los suficientes votos en la consulta como para garantizar su independencia y distancia sobre cualquiera de los partidos que lo apoyan, incluido el uribismo. No hay un predominio claro de ninguno de estos partidos en su gran coalición.
Fico quedó proyectado como una estrella joven en ascenso con capacidad para unir fuerzas, a diferencia de Petro cuya base electoral es una de orientación socialista/comunista situada en un extremo del espectro político. A Petro se le ha dificultado superar el techo electoral que le impone esa orientación. No es sino analizar a fondo su programa de gobierno para percatarse que es un popurrí de ideas de lo que por estas latitudes llaman socialismo del Siglo XXI, pero que en otros continentes se consideraría como una ideología añeja ya superada.
Quien quedó con probabilidades de ganar la Presidencia en primera vuelta es Fico y no Petro. Lo favorece además que Fajardo está electoralmente herido de muerte y que Rodolfo Hernández e Ingrid Betancourt no cuentan con una base electoral lo suficientemente amplia. En estas condiciones, si los liberales deciden votar en la primera vuelta por Fico en un porcentaje de alguna significación y si logra despertar entusiasmo entre sus eventuales seguidores, podría obtener mas del 50% de la votación.