En la provincia de Xinjiang, donde se produce 20% del algodón mundial y se manufacturan en gran escala prendas de vestir, se utiliza mano de obra a la que le violan todos los derechos humanos.

Los presos políticos detenidos masivamente en “campamentos de reeducación” pertenecen a la etnia musulmana de los Uigures. El Comité de la Organización de las Naciones Unidas para la Eliminación de la Discriminación Racial ha estimado que los arrestados pueden llegar hasta el millón. 

El artículo de Andy Serwer y Max Zahn (“My letter to Xi Jinping on China’s cotton problem”, Yahoo Finance, Abril 24 de 2021) describe en detalle la situación. Como es costumbre del gobierno comunista de China, cada vez que hay un problema en una parte de su territorio lo primero es aislarlo de los medios de comunicación internacionales. Y no solamente de esos medios. También de cualquier otra presencia extranjera.

Lo siguiente en el manual del Partido Comunista de China –y que hace parte de los manuales de gobierno de todos los partidos comunistas que se han tomado el poder– es negar sus terribles y espantosas acciones y pintar una situación absolutamente alejada de la realidad de lo que está sucediendo.

Cuentan para ello con la complicidad de una prensa internacional zombi comprada a base de publicidad de compañías de origen chino, así como con simpatizantes de la causa comunista a lo largo y ancho del planeta, y con una audiencia indiferente a lo que acontece en esas lejanas tierras.

Sin embargo, difícil tapar el sol con las manos. Reconocidas firmas como Adidas, H&M, Lacoste, Ralph Lauren, Calvin Klein y Tommy Hilfiger han expresado su inconformidad con lo que está sucediendo en Xinjiang y han tomado algunas medidas para restringir el consumo de materia prima china.

Es un tema que también ha afectado a un país como Colombia. Las confecciones que utilizan mano de obra esclava china han constituido una devastadora competencia para la industria colombiana. Parte de esa competencia, con marcas menos conocidas o sin marcas, le llega a Colombia por contrabando y/o a través de importaciones provenientes del la Zona Libre de Colón de Panamá.

Como sea, en enero de 2021 la administración del entonces Presidente Donald Trump anunció una prohibición de Estados Unidos al algodón y a los productos terminados provenientes de Xinjiang. Posteriormente la administración de Joe Biden logró que la Unión Europea, Canadá y el Reino Unido se unieran a las sanciones. 

De manera que hay actualmente un verdadero impasse en el comercio de algodón y confecciones de origen chino y las grandes firmas de la moda mundial. Por el momento no se ve el final del túnel. 

¿Tiene eso implicaciones y trae eso oportunidades para los agricultores y manufactureros colombianos? Podría ser, especialmente si el impasse dura unos años. 

Andy Serwer y Max Zahn citan al experto Kenneth Rogoff (profesor de economía y políticas públicas de la Universidad de Harvard): “A largo plazo, si China continúa desarrollando su economía… será la mas grande del planeta”. Nosotros (en el mundo occidental) teníamos la esperanza de que China se volvería mas abierta y democrática. Pero eso no está sucediendo y no sabemos cómo se pueda recalibrar la situación.”