¿Por qué diablos los colombianos tienen que subsidiar con sus impuestos a los cafeteros y a los transportadores?
Tanto cafeteros como transportadores son mas ricos que la gran mayoría de los colombianos. Es cierto que sus negocios enfrentan dificultades, pero igual sucede con los negocios de los demás colombianos. También es cierto que sus actividades son importantes, pero lo mismo se puede decir de todas las demás actividades productivas que se desarrollan en Colombia.
Los voceros de cafeteros y transportadores salen por los medios de comunicación a exigir que el gobierno les otorgue toda clase de ayudas y subsidios con dinero del resto de los colombianos para compensarles una supuesta baja rentabilidad de sus negocios y de paso anuncian que se abrogan la potestad de bloquear el tránsito por unas importantes vías, como si ellas les perteneciera y sin importarles un pepino los innumerables perjuicios a una multitud de seres humanos.
O sea que estos privilegiados no solamente le dan un zarpazo a dineros públicos sino que además perjudican a la población de manera grave impidiendo la circulación de personas y bienes por estas carreteras.
Los dineros públicos que se destinan a ayudas y subsidios a los cafeteros, que son considerables y que vienen de tiempo atrás, le resta a la financiación de la salud, educación y apoyos a poblaciones mucho mas vulnerables que ellos.
Igual acontece con los dineros que se dejan de recibir cuando se le subsidia el ACPM a los transportadores, quienes además han disfrutado desde siempre del apoyo del gobierno para fijar unas tarifas artificialmente altas en el cobro de sus servicios, sobrecostos estos que pagan todos los colombianos, pero que son especialmente onerosos para los segmentos mas pobres de la población.
Los voceros de cafeteros y transportadores salen por los medios de comunicación a exigir que el gobierno les otorgue toda clase de ayudas y subsidios con dinero del resto de los colombianos para compensarles una supuesta baja rentabilidad de sus negocios y de paso anuncian que se abrogan la potestad de bloquear el tránsito por unas importantes vías, como si ellas les perteneciera y sin importarles un pepino los innumerables perjuicios a una multitud de seres humanos.
O sea que estos privilegiados no solamente le dan un zarpazo a dineros públicos sino que además perjudican a la población de manera grave impidiendo la circulación de personas y bienes por estas carreteras.
Los dineros públicos que se destinan a ayudas y subsidios a los cafeteros, que son considerables y que vienen de tiempo atrás, le resta a la financiación de la salud, educación y apoyos a poblaciones mucho mas vulnerables que ellos.
Igual acontece con los dineros que se dejan de recibir cuando se le subsidia el ACPM a los transportadores, quienes además han disfrutado desde siempre del apoyo del gobierno para fijar unas tarifas artificialmente altas en el cobro de sus servicios, sobrecostos estos que pagan todos los colombianos, pero que son especialmente onerosos para los segmentos mas pobres de la población.