El gobierno venezolano está planeando recortar en un 15% la disponibilidad de divisas para importaciones.
Con el recorte, el presupuesto anual de importaciones quedaría en US$40.000 millones. Al mismo tiempo que se hacía este anuncio, las autorizaciones diarias de CADIVI en enero de 2009 para compras en el exterior fueron US$120 millones, lo que representó una caída de 40% en relación con el mismo mes del año anterior.
Los menores ingresos petroleros por la caída en el precio internacional del crudo se traducirán, entonces, en un aumento del costo de importar, reflejado en una mayor restricción de divisas para tales propósitos. Lo más probable es que esa devaluación disfrazada se acentúe a lo largo de 2009. Ello afectara negativamente al crecimiento económico, aumentará la escasez de bienes y elevará la inflación que actualmente es superior al 30% anual. Se abrirá aún más la brecha entre la tasa oficial y la paralela, lo que estimulará la corrupción dentro de CADIVI.
El apretón apenas está empezando. Mientras tanto Hugo Chávez está feriando las reservas internacionales a través de un gasto público desbordado, con el cual busca imponerse en el referendo que aprobaría su reelección indefinida y evitar, hacía adelante, un descenso en su popularidad. Es previsible que la siguiente etapa de la “revolución bolivariana” sea una de estrechez económica, en medio de un aún mayor control del poder político.
Los menores ingresos petroleros por la caída en el precio internacional del crudo se traducirán, entonces, en un aumento del costo de importar, reflejado en una mayor restricción de divisas para tales propósitos. Lo más probable es que esa devaluación disfrazada se acentúe a lo largo de 2009. Ello afectara negativamente al crecimiento económico, aumentará la escasez de bienes y elevará la inflación que actualmente es superior al 30% anual. Se abrirá aún más la brecha entre la tasa oficial y la paralela, lo que estimulará la corrupción dentro de CADIVI.
El apretón apenas está empezando. Mientras tanto Hugo Chávez está feriando las reservas internacionales a través de un gasto público desbordado, con el cual busca imponerse en el referendo que aprobaría su reelección indefinida y evitar, hacía adelante, un descenso en su popularidad. Es previsible que la siguiente etapa de la “revolución bolivariana” sea una de estrechez económica, en medio de un aún mayor control del poder político.