Muchos simpatizantes del Partido Verde no desean la adhesión de Álvaro Uribe a la candidatura de Enrique Peñalosa. Aparentemente Peñalosa si la desea.
La discusión sobre si Enrique Peñalosa debe recibir la adhesión del Partido de la U y de Álvaro Uribe en el caso de su candidatura para la alcaldía de Bogotá ha puesto de presente la debilidad estructural del Partido Verde. A Peñalosa le suena ese apoyo. Seguramente piensa que eso le garantizaría su triunfo el día de las elecciones.
Peñalosa era uribista hasta hace no mucho tiempo. De hecho, fue el candidato de Uribe en las anteriores elecciones, las que perdió frente al actual alcalde Samuel Moreno. El retiro del uribismo de Peñalosa no fue iniciativa de Uribe sino del propio Peñalosa. La excusa fue el segundo intento de reelección de Uribe y la promoción de su candidatura presidencial.
De manera que una eventual alianza entre Peñalosa y Uribe no sería para nada difícil, y así se desprende de las aproximaciones del ex Presidente. Pero el tema coloca al Partido Verde en un dilema. Este partido se ha presentado como una especie de alternativa al actual oficialismo. Muchos simpatizantes de este partido están ahí porque no están de acuerdo con Uribe.
En realidad, el único que puede desenredar la madeja es el propio Peñalosa. Debe decir abiertamente si está de acuerdo o no lo está con esta adhesión. Si lo está, debe convencer a otros dirigentes de su partido, y especialmente a Antanas Mockus, de que ello es lo mejor para los intereses de esa colectividad. No será fácil lograr la cuadratura del círculo, y puede incluso darse la situación de que lo que está pegado con babas –la unión entre Peñalosa y Mockus– se deshaga bajo la presión que ocasionan estos desarrollos.
Como van las cosas, nada de raro sería que Mockus terminara de candidato a la alcaldía de Bogotá como una de las alternativas a Peñalosa.
Peñalosa era uribista hasta hace no mucho tiempo. De hecho, fue el candidato de Uribe en las anteriores elecciones, las que perdió frente al actual alcalde Samuel Moreno. El retiro del uribismo de Peñalosa no fue iniciativa de Uribe sino del propio Peñalosa. La excusa fue el segundo intento de reelección de Uribe y la promoción de su candidatura presidencial.
De manera que una eventual alianza entre Peñalosa y Uribe no sería para nada difícil, y así se desprende de las aproximaciones del ex Presidente. Pero el tema coloca al Partido Verde en un dilema. Este partido se ha presentado como una especie de alternativa al actual oficialismo. Muchos simpatizantes de este partido están ahí porque no están de acuerdo con Uribe.
En realidad, el único que puede desenredar la madeja es el propio Peñalosa. Debe decir abiertamente si está de acuerdo o no lo está con esta adhesión. Si lo está, debe convencer a otros dirigentes de su partido, y especialmente a Antanas Mockus, de que ello es lo mejor para los intereses de esa colectividad. No será fácil lograr la cuadratura del círculo, y puede incluso darse la situación de que lo que está pegado con babas –la unión entre Peñalosa y Mockus– se deshaga bajo la presión que ocasionan estos desarrollos.
Como van las cosas, nada de raro sería que Mockus terminara de candidato a la alcaldía de Bogotá como una de las alternativas a Peñalosa.