Después del 2 de noviembre de 2010, los Republicanos quedaron con 7 senadores más, 65 representantes más, 10 gobernadores más y 17 legislaturas estatales más.
Un Senado equilibrado, una significativa mayoría en la Cámara y en las gobernaciones, fue el saldo a favor del Partido Republicano. Esta situación contrasta dramáticamente con lo sucedido en las elecciones de hace dos años cuando los Demócratas quedaron con una amplia mayoría tanto en el Senado como en la Cámara y con una situación ventajosa a nivel de gobernaciones y legislaturas estatales.
Un cambio de esta naturaleza a favor de un partido y en contra del otro no se daba desde la primera mitad del Siglo XX. ¿Qué pasó?
Hay que señalar que la única elección que cubrió todos los rincones del país fue la de la Cámara. En el Senado, sólo unos escaños estaban en juego (otros y muy importantes para los Demócratas lo estarán en las elecciones presidenciales de 2012). En cambio, en esta elección estuvieron en juego la gran mayoría de los escaños de la Cámara repartidos por todo el país.
O sea que la muestra verdadera y casi universal del estado de ánimo del electorado fue la elección de la Cámara. Y allí, las ganancias de los Republicanos fue en todas las regiones, incluso en estados como California y Nueva York donde los Demócratas todavía son fuertes.
Un cambio de esta naturaleza a favor de un partido y en contra del otro no se daba desde la primera mitad del Siglo XX. ¿Qué pasó?
Hay que señalar que la única elección que cubrió todos los rincones del país fue la de la Cámara. En el Senado, sólo unos escaños estaban en juego (otros y muy importantes para los Demócratas lo estarán en las elecciones presidenciales de 2012). En cambio, en esta elección estuvieron en juego la gran mayoría de los escaños de la Cámara repartidos por todo el país.
O sea que la muestra verdadera y casi universal del estado de ánimo del electorado fue la elección de la Cámara. Y allí, las ganancias de los Republicanos fue en todas las regiones, incluso en estados como California y Nueva York donde los Demócratas todavía son fuertes.
En el Sur del país, el Partido Demócrata fue barrido casi del todo. En el Oeste y Noreste, el Partido Republicano, que semejaba estar en vías de extinción, volvió a ser competitivo. Pero donde el cambio fue realmente significativo, y con repercusiones a largo plazo, fue en el Centro Norte.
Allí, por lo general, es donde se definen las elecciones presidenciales. Se trata de los estados de Pennsylvania, Michigan, Wisconsin, Indiana, Ohio y Illinois. En las elecciones de 2008, Barack Obama ganó estos estados menos Indiana y con resultados igualmente favorables para los Demócratas en el Congreso y las gobernaciones. En contraste, en 2010, los Republicanos ganaron todo o casi todo lo que estaba en disputa en el Centro Norte.
Dado que hubo un Censo de población en 2009, los estados harán una redistribución geográfica de los distritos electorales. Los gobernadores y las legislaturas estatales serán clave en este rediseño. En el caso del bloque de estados del Centro Norte, y de otros que quedaron en control de los Republicanos, esta redistribución es considerada como fundamental para los resultados de elecciones futuras (hasta que haya otro Censo).
Este punto es de tanta importancia que la Casa Blanca hizo una intensa campaña en Ohio y Pennsylvania a favor de los candidatos Demócratas. Por ejemplo, Obama visitó 12 veces a Ohio para impulsar al gobernador Demócrata de ese estado, el Vicepresidente Biden fue allá 4 veces para el mismo fin, y Bill Clinton y Michelle Obama también lo hicieron. Pero todo en vano porque Ohio votó por el aspirante Republicano a la gobernación. Y no sólo eso. Tanto en las elecciones para Congreso como para la legislatura estatal el triunfo Republicano fue abrumador. Lo mismo podría decirse de Pennsylvania.
Allí, por lo general, es donde se definen las elecciones presidenciales. Se trata de los estados de Pennsylvania, Michigan, Wisconsin, Indiana, Ohio y Illinois. En las elecciones de 2008, Barack Obama ganó estos estados menos Indiana y con resultados igualmente favorables para los Demócratas en el Congreso y las gobernaciones. En contraste, en 2010, los Republicanos ganaron todo o casi todo lo que estaba en disputa en el Centro Norte.
Dado que hubo un Censo de población en 2009, los estados harán una redistribución geográfica de los distritos electorales. Los gobernadores y las legislaturas estatales serán clave en este rediseño. En el caso del bloque de estados del Centro Norte, y de otros que quedaron en control de los Republicanos, esta redistribución es considerada como fundamental para los resultados de elecciones futuras (hasta que haya otro Censo).
Este punto es de tanta importancia que la Casa Blanca hizo una intensa campaña en Ohio y Pennsylvania a favor de los candidatos Demócratas. Por ejemplo, Obama visitó 12 veces a Ohio para impulsar al gobernador Demócrata de ese estado, el Vicepresidente Biden fue allá 4 veces para el mismo fin, y Bill Clinton y Michelle Obama también lo hicieron. Pero todo en vano porque Ohio votó por el aspirante Republicano a la gobernación. Y no sólo eso. Tanto en las elecciones para Congreso como para la legislatura estatal el triunfo Republicano fue abrumador. Lo mismo podría decirse de Pennsylvania.
Podría concluirse que el resultado electoral constituye un rechazo para Obama y sus políticas. Incluso perdió el escaño del Senado por Illinois que ocupaba antes de llegar a la Presidencia. El mensaje de los Republicanos fue uno solo a lo largo y ancho de Estados Unidos: austeridad en el gasto público, reducción de la deuda pública y del tamaño del gobierno federal, repudio de la reforma de salud y mejor trato al sector privado para que sea el que lidere la recuperación económica. Todas estas políticas van en contravía de los programas de la administración Obama conducentes a aumentos sustanciales del gasto del gobierno federal en diferentes áreas de actividad económica y social.
¿Cómo manejará Obama la realineación de fuerzas políticas que trajo consigo esta elección? La campaña para la elección presidencial de 2012 acaba de empezar en firme. Como van las cosas, y mientras la economía de Estados Unidos no se reactive, el panorama luce oscuro para Obama. Con la actual configuración del Congreso, su agenda legislativa quedó truncada. Se trata de una agenda que fue rechazada claramente por el pueblo. ¿Podrá rehacer otra agenda en acuerdo con los Republicanos? Por ahora, dada la distancia ideológica que los separa, esta posibilidad parece lejana.
¿Cómo manejará Obama la realineación de fuerzas políticas que trajo consigo esta elección? La campaña para la elección presidencial de 2012 acaba de empezar en firme. Como van las cosas, y mientras la economía de Estados Unidos no se reactive, el panorama luce oscuro para Obama. Con la actual configuración del Congreso, su agenda legislativa quedó truncada. Se trata de una agenda que fue rechazada claramente por el pueblo. ¿Podrá rehacer otra agenda en acuerdo con los Republicanos? Por ahora, dada la distancia ideológica que los separa, esta posibilidad parece lejana.