La entidad calificadora señala que existe el peligro de que el gobierno ecuatoriano le incumpla otra vez a los tenedores de bonos.
Como se sabe, el gobierno de Rafael Correa entró en cesación de pagos en el equivalente a US$3.200 millones de bonos soberanos con vencimiento a 2012 y 2030. Los únicos bonos que continuó reconociendo fueron aquellos con vencimiento a 2015. S&P ha calificado la deuda de Ecuador en CCC+, o sea siete grados por debajo de nivel de inversión y la segunda calificación más baja después de Haití en el Hemisferio Occidental.
Según unas declaraciones para Bloomberg del director de calificaciones de deuda soberana de S&P Richard Francis, es real el peligro de que Ecuador vuelva a incumplir con sus compromisos externos.
El presupuesto del gobierno para 2010 esta completamente desfinanciado. Ese presupuesto se elaboró con proyecciones de crecimiento del PIB de más de 6,8%, pero S&P lo estima en apenas 1%, luego de que en 2009 cayera 1,5%. Obviamente un bajo crecimiento económico afecta los ingresos tributarios.
Por otro lado, las inversiones y el gasto adicional originado en la crisis eléctrica no estaban contemplados en el presupuesto de este año. Sin incluir este gasto, el presupuesto contempla un desorbitado aumento de 11%.
Pero lo más preocupante es la actitud de negación de la realidad de Rafael Correa y los ministros Diego Borja y María Elisa Viteri. Han dicho que acudirán a países “amigos” como Venezuela, Irán, Rusia y China para obtener los faltantes de financiación, los cuales se estiman en US$4.100 millones (US$2.200 millones de crédito externo y US$1.900 millones de crédito interno).
Como sea, Venezuela e Irán están quebrados, y a Rusia solo le interesa vender armas (objetivo que ya alcanzó). China, por su parte, podría involucrarse en la explotación de recursos naturales o incluso en algunos proyectos de infraestructura, pero con garantías suficientes y toda clase de condicionamientos a su favor.
Se necesita vivir en las nubes para pensar que los gobiernos de estos países están en capacidad de sustituir a fuentes privadas y a entidades multilaterales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial. Se necesita ser un pelmazo o bombetas, por decir lo menos, para creer que estos gobiernos le darán a Ecuador recursos frescos para financiar gasto público no atado a importaciones, simplemente en aras de la promoción de una supuesta “amistad”.
El gobierno de Rafael Correa aisló a Ecuador de los mercados financieros internacionales. Sin mayor acceso a fuentes de financiación externa, ha programado un presupuesto para 2010 a todas luces irreal. Un presupuesto cuyo déficit de US$4.100 millones supera a las reservas internacionales del país, las cuales son actualmente US$3.900 millones y muestran una reciente tendencia a la disminución.
Según unas declaraciones para Bloomberg del director de calificaciones de deuda soberana de S&P Richard Francis, es real el peligro de que Ecuador vuelva a incumplir con sus compromisos externos.
El presupuesto del gobierno para 2010 esta completamente desfinanciado. Ese presupuesto se elaboró con proyecciones de crecimiento del PIB de más de 6,8%, pero S&P lo estima en apenas 1%, luego de que en 2009 cayera 1,5%. Obviamente un bajo crecimiento económico afecta los ingresos tributarios.
Por otro lado, las inversiones y el gasto adicional originado en la crisis eléctrica no estaban contemplados en el presupuesto de este año. Sin incluir este gasto, el presupuesto contempla un desorbitado aumento de 11%.
Pero lo más preocupante es la actitud de negación de la realidad de Rafael Correa y los ministros Diego Borja y María Elisa Viteri. Han dicho que acudirán a países “amigos” como Venezuela, Irán, Rusia y China para obtener los faltantes de financiación, los cuales se estiman en US$4.100 millones (US$2.200 millones de crédito externo y US$1.900 millones de crédito interno).
Como sea, Venezuela e Irán están quebrados, y a Rusia solo le interesa vender armas (objetivo que ya alcanzó). China, por su parte, podría involucrarse en la explotación de recursos naturales o incluso en algunos proyectos de infraestructura, pero con garantías suficientes y toda clase de condicionamientos a su favor.
Se necesita vivir en las nubes para pensar que los gobiernos de estos países están en capacidad de sustituir a fuentes privadas y a entidades multilaterales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial. Se necesita ser un pelmazo o bombetas, por decir lo menos, para creer que estos gobiernos le darán a Ecuador recursos frescos para financiar gasto público no atado a importaciones, simplemente en aras de la promoción de una supuesta “amistad”.
El gobierno de Rafael Correa aisló a Ecuador de los mercados financieros internacionales. Sin mayor acceso a fuentes de financiación externa, ha programado un presupuesto para 2010 a todas luces irreal. Un presupuesto cuyo déficit de US$4.100 millones supera a las reservas internacionales del país, las cuales son actualmente US$3.900 millones y muestran una reciente tendencia a la disminución.