El gobierno de Juan Manuel Santos parece incapaz de proteger la infraestructura petrolera. El peor de los mensajes para la inversión extranjera.
Encapuchados ingresaron al Campo Rubiales en el departamento de Meta. Arengaron a trabajadores y quemaron los contenedores de alojamiento. Se hallaron 120 bombas molotov y otros artefactos explosivos que, según la empresa, de haber sido dirigidos a la infraestructura de acopio de combustibles, podría haber causado una tragedia mayor. De este campo se extraen cerca de 230.000 barriles diarios.
Después de los hechos del 25 de octubre, Pacific Rubiales Energy sugirió que se vería forzada a cerrar el bombeo y que analiza la suspensión de inversiones para el desarrollo de nuevos proyectos. Esta empresa tiene toda la razón en adoptar tal postura. Desde hace meses, y estimulados por el Vicepresidente Angelino Garzón que en una visita al campo dijo que las protestas contra la empresa estaban justificadas, no obstante que eran por las vías de hecho y con la evidente presencia de grupos ilegales, el acoso a uno de los principales campos petroleros del país no ha cesado.
Difícil pensar que el gobierno de Álvaro Uribe hubiera permitido que semejante guachafita pusiera en peligro el futuro de un sector absolutamente vital para la economía colombiana. El ministro de Minas Mauricio Cárdenas respondió que “firmas extranjeras no necesitan amenazar con irse para exigir seguridad”. Que respuesta tan defensiva y floja la de este ministro. Los ataques a Rubiales por parte de estos grupos al margen de la ley llevan varios meses y nada pasa.
Como en los viejos tiempos: Las autoridades públicas sin tomar el toro por los cuernos, mientras los “estadistas” en Bogotá procrastinando sobre lo divino y lo humano.
(Advertencia: lanota.com sólo utiliza este nombre. No tiene relación alguna con portales o empresas que emplean la palabra lanota en otras combinaciones de nombres).
Después de los hechos del 25 de octubre, Pacific Rubiales Energy sugirió que se vería forzada a cerrar el bombeo y que analiza la suspensión de inversiones para el desarrollo de nuevos proyectos. Esta empresa tiene toda la razón en adoptar tal postura. Desde hace meses, y estimulados por el Vicepresidente Angelino Garzón que en una visita al campo dijo que las protestas contra la empresa estaban justificadas, no obstante que eran por las vías de hecho y con la evidente presencia de grupos ilegales, el acoso a uno de los principales campos petroleros del país no ha cesado.
Difícil pensar que el gobierno de Álvaro Uribe hubiera permitido que semejante guachafita pusiera en peligro el futuro de un sector absolutamente vital para la economía colombiana. El ministro de Minas Mauricio Cárdenas respondió que “firmas extranjeras no necesitan amenazar con irse para exigir seguridad”. Que respuesta tan defensiva y floja la de este ministro. Los ataques a Rubiales por parte de estos grupos al margen de la ley llevan varios meses y nada pasa.
Como en los viejos tiempos: Las autoridades públicas sin tomar el toro por los cuernos, mientras los “estadistas” en Bogotá procrastinando sobre lo divino y lo humano.
(Advertencia: lanota.com sólo utiliza este nombre. No tiene relación alguna con portales o empresas que emplean la palabra lanota en otras combinaciones de nombres).