La represa de Guri está repleta de agua gracias a las copiosas lluvias. Sin embargo, los corte de electricidad son comunes a lo largo y ancho del país.
Hasta en Caracas se va la luz con cierta frecuencia. En el interior del país ya se acostumbraron a que la vida diaria es con luz y sin luz. En lugares como Nueva Esparta (Isla Margarita) ya perdieron la esperanza de que habrá luz durante un día completo.
El país más rico de América Latina (si no del planeta) en reservas de petróleo y gas natural, no le genera a su población la suficiente energía eléctrica. Venezuela es el único miembro de la OPEP, y el único de América Latina con la excepción de Cuba, con escasez crónica de electricidad.
Ya hace varios meses que desapareció el fenómeno de El Niño que le sirvió de excusa al gobierno de Hugo Chávez para justificar el racionamiento eléctrico. Ya la represa de Guri está repleta de agua. Pero para nada sirve la abundancia de agua porque sólo el 60% de sus turbinas funcionan, y si acaso. Once años de desidia administrativa y de falta de mantenimiento e inversión llevaron al Guri a su postración actual.
Con las plantas termoeléctricas la cuestión es parecida. Su potencial está desaprovechado también por once años de desidia administrativa y de falta de mantenimiento e inversión. Cuando entran en operación unidades de estas plantas que estaban inactivas, salen de servicio otras que estaban activas.
¡Ni qué decir del sistema de transmisión! Allí también la desidia administrativa y la falta de mantenimiento e inversión han llevado a un sistema que no es capaz de transportar la energía eléctrica que demandan los venezolanos.
Por donde se analice el tema, da grima. Como es la costumbre entre ineptos, Hugo Chávez y sus funcionarios han dado toda clase de excusas por las cuales Venezuela (el país más rico de la región en fuentes energéticas), y sólo Venezuela, sufre de esta escasez. Esas excusas han ido desde el cambio climatológico global y el fenómeno de El Niño, hasta el sabotaje por parte de la CIA, de turistas colombianos, y de iguanas que se alimentan de cables.
A lo anterior se agregan decenas de pronunciamientos en donde el propio Chávez y su ministro de Energía Eléctrica Alí Rodríguez Araque han dado por terminada una crisis que se resiste a ser superada. Sólo mentiras y medias verdades se les ha escuchado sobre esta crisis.
El país más rico de América Latina (si no del planeta) en reservas de petróleo y gas natural, no le genera a su población la suficiente energía eléctrica. Venezuela es el único miembro de la OPEP, y el único de América Latina con la excepción de Cuba, con escasez crónica de electricidad.
Ya hace varios meses que desapareció el fenómeno de El Niño que le sirvió de excusa al gobierno de Hugo Chávez para justificar el racionamiento eléctrico. Ya la represa de Guri está repleta de agua. Pero para nada sirve la abundancia de agua porque sólo el 60% de sus turbinas funcionan, y si acaso. Once años de desidia administrativa y de falta de mantenimiento e inversión llevaron al Guri a su postración actual.
Con las plantas termoeléctricas la cuestión es parecida. Su potencial está desaprovechado también por once años de desidia administrativa y de falta de mantenimiento e inversión. Cuando entran en operación unidades de estas plantas que estaban inactivas, salen de servicio otras que estaban activas.
¡Ni qué decir del sistema de transmisión! Allí también la desidia administrativa y la falta de mantenimiento e inversión han llevado a un sistema que no es capaz de transportar la energía eléctrica que demandan los venezolanos.
Por donde se analice el tema, da grima. Como es la costumbre entre ineptos, Hugo Chávez y sus funcionarios han dado toda clase de excusas por las cuales Venezuela (el país más rico de la región en fuentes energéticas), y sólo Venezuela, sufre de esta escasez. Esas excusas han ido desde el cambio climatológico global y el fenómeno de El Niño, hasta el sabotaje por parte de la CIA, de turistas colombianos, y de iguanas que se alimentan de cables.
A lo anterior se agregan decenas de pronunciamientos en donde el propio Chávez y su ministro de Energía Eléctrica Alí Rodríguez Araque han dado por terminada una crisis que se resiste a ser superada. Sólo mentiras y medias verdades se les ha escuchado sobre esta crisis.
Lo que ha sucedido con el sector eléctrico venezolano es similar a lo que ha acontecido con el sector siderúrgico, el de alimentos, y el petrolero (para sólo mencionar algunos). Incompetencia, falta de liderazgo y deshonestidad rampante, en unas actividades que fueron nacionalizadas en su totalidad. Unas actividades que son ahora del gobierno y que cayeron en manos de ineptos deshonestos. La meritocracia que por años manejó con acierto estos sectores fue reemplazada por militares y sindicalistas de la peor calaña.
En la excluyente Venezuela de Chávez no hay cabida para los más capaces. Sólo prosperan los resentidos y envidiosos. En eso consiste la lucha de “clases” con la que Chávez ha envenenado el tejido social de su país.
En la excluyente Venezuela de Chávez no hay cabida para los más capaces. Sólo prosperan los resentidos y envidiosos. En eso consiste la lucha de “clases” con la que Chávez ha envenenado el tejido social de su país.