Su gobierno consiguió unos préstamos externos de CAF y FLAR y sostiene que el BID le concederá un gran crédito.
Este es un país que no le paga a sus acreedores, que incumple contratos con inversionistas extranjeros y que no acepta los fallos de los tribunales internacionales. Sin embargo, acaba de recibir créditos de la Corporación Andina de Fomento (CAF) y del Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR) por una suma cercana a los US$1.000 millones.
Por otro lado, el gobierno ecuatoriano sostiene que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) le prestará US$1.500 millones. Adicionalmente, está negociando con China el pago de un anticipo de US$1.000 por la venta futura de petróleo.
Aunque todavía están por verse los créditos del BID, que serían un inaudito premio para un país que le incumple descaradamente a sus acreedores, lo cierto es que los recursos ya obtenidos le servirán a Ecuador para sobrellevar los problemas inmediatos de liquidez que enfrenta. Pero no son solución hacia delante.
El préstamo de FLAR es a corto plazo y supuestamente no es para financiar gasto público. A su vez, la negociación con China es una operación que hipoteca recursos futuros y que abarata el precio de su petróleo. Pero más grave aún, de mantenerse las tendencias de gasto público, el déficit fiscal de 2009 podría aproximarse a US$4.000 millones (cerca de 6,5% del PIB), un monto muy superior a los préstamos contratados o por contratarse.
Con los préstamos de la CAF y del FLAR –y con lo que el BID finalmente le preste– Ecuador habrá quemado los pocos cartuchos que tenía a su disposición en materia de financiación externa. ¿Qué sigue de ahí en adelante? ¿Dejar de pagar otras acreencias? ¿Una drástica reducción del gasto publico? Daría la impresión que el único plan que tiene el gobierno de Rafael Correa es el de ganar tiempo, a la espera de un supuesto repunte del precio internacional del petróleo.
Por otro lado, el gobierno ecuatoriano sostiene que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) le prestará US$1.500 millones. Adicionalmente, está negociando con China el pago de un anticipo de US$1.000 por la venta futura de petróleo.
Aunque todavía están por verse los créditos del BID, que serían un inaudito premio para un país que le incumple descaradamente a sus acreedores, lo cierto es que los recursos ya obtenidos le servirán a Ecuador para sobrellevar los problemas inmediatos de liquidez que enfrenta. Pero no son solución hacia delante.
El préstamo de FLAR es a corto plazo y supuestamente no es para financiar gasto público. A su vez, la negociación con China es una operación que hipoteca recursos futuros y que abarata el precio de su petróleo. Pero más grave aún, de mantenerse las tendencias de gasto público, el déficit fiscal de 2009 podría aproximarse a US$4.000 millones (cerca de 6,5% del PIB), un monto muy superior a los préstamos contratados o por contratarse.
Con los préstamos de la CAF y del FLAR –y con lo que el BID finalmente le preste– Ecuador habrá quemado los pocos cartuchos que tenía a su disposición en materia de financiación externa. ¿Qué sigue de ahí en adelante? ¿Dejar de pagar otras acreencias? ¿Una drástica reducción del gasto publico? Daría la impresión que el único plan que tiene el gobierno de Rafael Correa es el de ganar tiempo, a la espera de un supuesto repunte del precio internacional del petróleo.