Ningún año como el actual ha sido objeto de tantas profecías sobre el fin del mundo. Muchos agoreros se han lucrado y muchos idiotas se han desvelado.
Hasta una taquillera película titulada "2012" se hizo sobre el tema. Nadie sabe muy bien de donde surgió la idea de que este era un año fatídico para la humanidad. Aparentemente tuvo que ver con un calendario maya que llegaba hasta diciembre 21 de 2012. No hay una explicación de por qué ese calendario de piedra terminaba en esa fecha (pudo ser, por ejemplo, que quien lo tallaba se murió o se cansó de su oficio). Pero algún agorero se le ocurrió que esa era una señal del fin de los tiempos.
Que un agorero haya hecho esta suposición no sorprende. Que muchos otros agoreros hayan escritos miles de libros sobre el tema y hayan realizado cientos de documentales tampoco sorprende. Pero que millones de idiotas le hayan dado alguna credibilidad a tales versiones si que sorprende.
El pronóstico "maya" del fin del mundo en 2012 (que no es de los mayas sino el de unos agoreros contemporáneos) fue respaldado por otros agoreros supuestamente expertos en temas astrológicos que señalaron con increíble desparpajo que el posicionamiento de los astros confirmaban esas nefastas predicciones.
Hace unos años, cuando el 2012 era relativamente lejano, los agoreros podían dar rienda suelta a su imaginación, y a la de sus idiotas seguidores, con visiones apocalípticas de destrucción total. Pero ya estamos en 2012 y no hay mayores indicios de un próximo fin del mundo. Las catástrofes naturales son las mismas de siempre. El peligro de una guerra nuclear es actualmente menor al de la Guerra Fría hace cuatro décadas.
Ni siquiera el calentamiento global ha sido el que se pronosticó hace una década, ni han sobrevenido las tragedias anunciadas por esos otros agoreros, los del cambio climático.
Ni tampoco han contado con suerte los agoreros especializados en descifrar las retorcidas y difusas profecías de Nostradamus. Por más que lo han intentado denodadamente, no han podido relacionar las estrofas que escribió este peculiar personaje con el fin del mundo en 2012.
Pero bueno, estamos en 2012 y los agoreros ya no hablan con la seguridad y suficiencia de antes. Ahora su tema preferido no es el fin de la humanidad en este año sino el "cambio de conciencia". De un nuevo despertar de la "conciencia" humana. Su explicación más reciente es que el fin del mundo no era el fin del mundo natural sino el fin de una anterior "conciencia".
Los innumerables idiotas que creyeron que la humanidad estaba ad portas de un cataclismo natural no entendieron el mensaje. De lo que se trataba era de una mutación espiritual. De la toma de una "nueva conciencia" que garantizará una mayor felicidad y armonía entre los seres humanos.
Sin embargo, pasará el 2012 y llegará el 2013 y los más despiertos entre los idiotas empezarán a preguntarse qué se hizo la "nueva conciencia". Se preguntarán que tuvo de especial 2012, si la doliente humanidad de antes y la post lucen tan sospechosamente parecidas, con unos conflictos e infelicidades que no dan tregua.
Los agoreros se saldrán con la suya. Dirán que la humanidad no estuvo a la altura de las circunstancias. Que fue inferior a los desafíos planteados por el gran cambio cósmico de 2012. Inventarán otras fechas, otros ciclos, otro fin del mundo. Y millones de idiotas tendrán nuevamente la oportunidad de renovar su fe.
(Advertencia: lanota.com sólo utiliza este nombre. No tiene relación alguna con portales o empresas que emplean la palabra lanota en otras combinaciones de nombres).
Que un agorero haya hecho esta suposición no sorprende. Que muchos otros agoreros hayan escritos miles de libros sobre el tema y hayan realizado cientos de documentales tampoco sorprende. Pero que millones de idiotas le hayan dado alguna credibilidad a tales versiones si que sorprende.
El pronóstico "maya" del fin del mundo en 2012 (que no es de los mayas sino el de unos agoreros contemporáneos) fue respaldado por otros agoreros supuestamente expertos en temas astrológicos que señalaron con increíble desparpajo que el posicionamiento de los astros confirmaban esas nefastas predicciones.
Hace unos años, cuando el 2012 era relativamente lejano, los agoreros podían dar rienda suelta a su imaginación, y a la de sus idiotas seguidores, con visiones apocalípticas de destrucción total. Pero ya estamos en 2012 y no hay mayores indicios de un próximo fin del mundo. Las catástrofes naturales son las mismas de siempre. El peligro de una guerra nuclear es actualmente menor al de la Guerra Fría hace cuatro décadas.
Ni siquiera el calentamiento global ha sido el que se pronosticó hace una década, ni han sobrevenido las tragedias anunciadas por esos otros agoreros, los del cambio climático.
Ni tampoco han contado con suerte los agoreros especializados en descifrar las retorcidas y difusas profecías de Nostradamus. Por más que lo han intentado denodadamente, no han podido relacionar las estrofas que escribió este peculiar personaje con el fin del mundo en 2012.
Pero bueno, estamos en 2012 y los agoreros ya no hablan con la seguridad y suficiencia de antes. Ahora su tema preferido no es el fin de la humanidad en este año sino el "cambio de conciencia". De un nuevo despertar de la "conciencia" humana. Su explicación más reciente es que el fin del mundo no era el fin del mundo natural sino el fin de una anterior "conciencia".
Los innumerables idiotas que creyeron que la humanidad estaba ad portas de un cataclismo natural no entendieron el mensaje. De lo que se trataba era de una mutación espiritual. De la toma de una "nueva conciencia" que garantizará una mayor felicidad y armonía entre los seres humanos.
Sin embargo, pasará el 2012 y llegará el 2013 y los más despiertos entre los idiotas empezarán a preguntarse qué se hizo la "nueva conciencia". Se preguntarán que tuvo de especial 2012, si la doliente humanidad de antes y la post lucen tan sospechosamente parecidas, con unos conflictos e infelicidades que no dan tregua.
Los agoreros se saldrán con la suya. Dirán que la humanidad no estuvo a la altura de las circunstancias. Que fue inferior a los desafíos planteados por el gran cambio cósmico de 2012. Inventarán otras fechas, otros ciclos, otro fin del mundo. Y millones de idiotas tendrán nuevamente la oportunidad de renovar su fe.
(Advertencia: lanota.com sólo utiliza este nombre. No tiene relación alguna con portales o empresas que emplean la palabra lanota en otras combinaciones de nombres).