Distintos indicadores muestran un acelerado aumento de la deuda externa privada a partir de julio de 2010. Sin embargo, todavía está lejos de alcanzar los niveles históricos más altos.
Según el Banco de la República, el saldo de la deuda privada externa pasó de 5,8% del PIB en enero de este año a 6,1% del PIB en junio y a 8% en agosto. Al concluir el primer semestre de 2010 el saldo de esa deuda era de $17.951 millones y en agosto llegó a $23.032 millones, o sea un incremento de 28,3% en tan solo dos meses.
Este crecimiento aparentemente se ha mantenido entre septiembre y noviembre si se tiene en cuenta el vertiginoso aumento de la cartera en moneda extranjera del sistema financiero. Al 18 de noviembre esa cartera crecía a un ritmo de 97,4% anual.
No obstante este incremento reciente, los niveles actuales del endeudamiento privado externo no se aproximan todavía a los que se registraron a finales de los años 90, al inicio de la fuerte recesión de esa época. Por ejemplo, en 1999 el saldo total de la deuda externa privada fue equivalente a 16,2% del PIB, es decir, el doble de la que se registró en agosto de 2010.
La confianza que trajo consigo el triunfo electoral de Juan Manuel Santos en mayo de 2010, las expectativas de que el peso se mantendrá fuerte en los próximos años, la creencia de que el dólar continuará debilitándose frente a otras monedas, las reducidas tasas internacionales de interés, y el elevado dinamismo reciente de las importaciones, se han entrelazado y reforzado mutuamente para generar una creciente apetencia de crédito externo por parte del sector privado.
Este crecimiento aparentemente se ha mantenido entre septiembre y noviembre si se tiene en cuenta el vertiginoso aumento de la cartera en moneda extranjera del sistema financiero. Al 18 de noviembre esa cartera crecía a un ritmo de 97,4% anual.
No obstante este incremento reciente, los niveles actuales del endeudamiento privado externo no se aproximan todavía a los que se registraron a finales de los años 90, al inicio de la fuerte recesión de esa época. Por ejemplo, en 1999 el saldo total de la deuda externa privada fue equivalente a 16,2% del PIB, es decir, el doble de la que se registró en agosto de 2010.
La confianza que trajo consigo el triunfo electoral de Juan Manuel Santos en mayo de 2010, las expectativas de que el peso se mantendrá fuerte en los próximos años, la creencia de que el dólar continuará debilitándose frente a otras monedas, las reducidas tasas internacionales de interés, y el elevado dinamismo reciente de las importaciones, se han entrelazado y reforzado mutuamente para generar una creciente apetencia de crédito externo por parte del sector privado.