En los primeros cuatro meses de 2010, el volumen exportado de petróleo descendió 3,9% frente a igual período del año anterior.
Esta caída lleva su tiempo. Según el Banco Central de Ecuador (BCE), en el primer cuatrimestre de este año el volumen exportado fue de 43.8 millones de barriles (equivalentes a 359 mil barriles diarios), en comparación con 45,6 millones de barriles (equivalentes a 374 mil barriles diarios) durante el mismo período de 2009.
Ahora bien, la disminución de 2010 frente a 2008 fue de 12%. En ese año, el crudo exportado durante los primeros cuatro meses fue 49.8 millones de barriles (equivalentes a 408 mil barriles diarios).
Lo más preocupante de esta situación es que el petróleo es por lejos el principal renglón de ingresos de la balanza de pagos y una fuente muy importante de ingresos fiscales.
Hay que señalar que el gobierno de Rafael Correa, con un trasnochado nacionalismo, se las ha arreglado para ahuyentar a la inversión extranjera y para bloquear su acceso a fuentes tradicionales de financiamiento externo, por lo que se ha visto forzado a darle un zarpazo al ahorro que los trabajadores ecuatorianos tienen depositado en el Instituto Ecuatoriano de la Seguridad Social (IESS), y a pignorar las exportaciones futuras de petróleo.
Sobre este último tema, a finales de 2009 le pignoró a China el equivalente a US$1.000 millones de exportaciones futuras de petróleo y está en proceso de hacerlo con otros US$1.000 millones. Se trata de préstamos pagaderos anualmente con crudo durante un lapso de cuatro años.
Por otro lado, Ecuador también se ha financiado con créditos externos a corto plazo del Fondo Andino de Reservas (FAR) y del Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR). Tanto con estas entidades como con la Corporación Andina de Fomento (CAF) tiene su cupo prácticamente copado.
Así las cosas, Ecuador ha hipotecado su futuro en medio de unos declinantes ingresos. Sus perspectivas son oscuras a unos meses vista, más aún si se tiene en cuenta que el precio internacional del petróleo tiende a la baja antes que al alza, que su economía permanece estancada, y que su gobierno continúa empeñado en gastar más allá de lo que recibe por concepto de impuestos.
Ahora bien, la disminución de 2010 frente a 2008 fue de 12%. En ese año, el crudo exportado durante los primeros cuatro meses fue 49.8 millones de barriles (equivalentes a 408 mil barriles diarios).
Lo más preocupante de esta situación es que el petróleo es por lejos el principal renglón de ingresos de la balanza de pagos y una fuente muy importante de ingresos fiscales.
Hay que señalar que el gobierno de Rafael Correa, con un trasnochado nacionalismo, se las ha arreglado para ahuyentar a la inversión extranjera y para bloquear su acceso a fuentes tradicionales de financiamiento externo, por lo que se ha visto forzado a darle un zarpazo al ahorro que los trabajadores ecuatorianos tienen depositado en el Instituto Ecuatoriano de la Seguridad Social (IESS), y a pignorar las exportaciones futuras de petróleo.
Sobre este último tema, a finales de 2009 le pignoró a China el equivalente a US$1.000 millones de exportaciones futuras de petróleo y está en proceso de hacerlo con otros US$1.000 millones. Se trata de préstamos pagaderos anualmente con crudo durante un lapso de cuatro años.
Por otro lado, Ecuador también se ha financiado con créditos externos a corto plazo del Fondo Andino de Reservas (FAR) y del Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR). Tanto con estas entidades como con la Corporación Andina de Fomento (CAF) tiene su cupo prácticamente copado.
Así las cosas, Ecuador ha hipotecado su futuro en medio de unos declinantes ingresos. Sus perspectivas son oscuras a unos meses vista, más aún si se tiene en cuenta que el precio internacional del petróleo tiende a la baja antes que al alza, que su economía permanece estancada, y que su gobierno continúa empeñado en gastar más allá de lo que recibe por concepto de impuestos.