A mediados de septiembre de 2010, la cartera neta del sistema financiero aumentaba a una tasa anual de 12,3%.
La cartera en pesos crecía a 10,4% y en moneda extranjera a 64,8%. El aumento de esta última refleja las expectativas de revaluación del peso, así como las reducidas tasas de interés externas. Hace tres meses el incremento anual de la cartera total era 5,3% y hace un año 4,3%.
Al discriminar por modalidad de cartera, sobresale el crecimiento anual de la hipotecaria (22,8%) y de la de consumo (15,3%). Por otro lado, el microcrédito aumentaba a una tasa anual de 9,8% y la comercial a 6,4%.
Al tiempo que se ha acelerado el otorgamiento de crédito, las tasas de interés de colocación se han mantenido relativamente estables en los últimos tres meses: la del crédito de consumo entre 17% y 18% anual, y la del crédito ordinario alrededor de 10% anual.
Dado que la inflación tampoco se ha modificado mayormente, y que se ha mantenido entre 2% y 3% anual, un aumento en la cartera como el actual contribuirá a darle un impulso al proceso de recuperación de la actividad económica que se inició a finales de 2009.
Sin embargo, todavía le queda tela por cortar al sector financiero en materia de saneamiento de su cartera morosa. A finales de julio de 2010, el indicador de calidad tradicional (Cartera Vencida / Cartera Total) estaba alrededor de 4%, cuando en mejores épocas se ha situado por debajo de 3%. A su vez, el indicador de calidad por calificación (Cartera Calificada B, C, D y E / Cartera Total) era de 9,2%, al menos dos puntos porcentuales más que antes de la recesión de 2009.
De manera que los establecimientos de crédito tendrían que ser selectivos en sus estrategias de crecimiento, más aún si se tiene en cuenta que varios sectores apenas están alcanzando los niveles de producción de 2008 y que el desempleo es alto. Hay que tener presente que todavía no se ha consolidado una vigorosa reactivación económica, que se caracterice por tasas sostenidas de crecimiento del PIB superiores a 5% anual.
Al discriminar por modalidad de cartera, sobresale el crecimiento anual de la hipotecaria (22,8%) y de la de consumo (15,3%). Por otro lado, el microcrédito aumentaba a una tasa anual de 9,8% y la comercial a 6,4%.
Al tiempo que se ha acelerado el otorgamiento de crédito, las tasas de interés de colocación se han mantenido relativamente estables en los últimos tres meses: la del crédito de consumo entre 17% y 18% anual, y la del crédito ordinario alrededor de 10% anual.
Dado que la inflación tampoco se ha modificado mayormente, y que se ha mantenido entre 2% y 3% anual, un aumento en la cartera como el actual contribuirá a darle un impulso al proceso de recuperación de la actividad económica que se inició a finales de 2009.
Sin embargo, todavía le queda tela por cortar al sector financiero en materia de saneamiento de su cartera morosa. A finales de julio de 2010, el indicador de calidad tradicional (Cartera Vencida / Cartera Total) estaba alrededor de 4%, cuando en mejores épocas se ha situado por debajo de 3%. A su vez, el indicador de calidad por calificación (Cartera Calificada B, C, D y E / Cartera Total) era de 9,2%, al menos dos puntos porcentuales más que antes de la recesión de 2009.
De manera que los establecimientos de crédito tendrían que ser selectivos en sus estrategias de crecimiento, más aún si se tiene en cuenta que varios sectores apenas están alcanzando los niveles de producción de 2008 y que el desempleo es alto. Hay que tener presente que todavía no se ha consolidado una vigorosa reactivación económica, que se caracterice por tasas sostenidas de crecimiento del PIB superiores a 5% anual.