Mientras que por un lado Juan Manuel Santos insulta a los opositores de sus negociaciones en La Habana, por el otro lado su ministro de Defensa se refiere en los peores términos a las Farc.
Para la muestra unos botones. Ante la retención extorsiva de 150 participantes de un rally en Caquetá por parte de esa organización terrorista (2 de noviembre de 2013), el ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón afirmó: “Además de narcotraficantes, las Farc se convirtieron en unos asalta caminos, que ahora salen a las carreteras a atracar a los ciudadanos de la forma mas descarada.” Por lo visto están de vuelta los retenes que el gobierno de Álvaro Uribe con tanto esfuerzo había erradicado.
Anteriormente Pinzón había declarado, en un taller sobre Derecho Internacional Humanitario que causaba gracia escuchar que las Farc se refieran a los derechos humanos después de “haber fundamentado su existencia en la violación de todas las normas que hay (sobre ellos) a nivel nacional e internacional”. Estos y muchos otros ataques discursivos se han vuelto pan de cada día en las declaraciones públicas del ministro.
Es con estos narcotraficantes asalta caminos y violadores de todas las normas del Derecho Internacional Humanitario que los delegados de Santos de La Habana están feriando el futuro político de Colombia. Es a ellos a los que se les va a garantizar, sin pasar por elecciones, puestos en el Congreso, asambleas departamentales y concejos municipales. Es a ellos que se les va a perdonar los delitos penales de un prontuario criminal imposible de superar.
Y ante todo esto, ¿cuáles son las declaraciones públicas del Presidente? A quienes cuestionan sus negociaciones con estos narcotraficantes asalta caminos y violadores de todas las normas del Derecho Internacional Humanitario, según descripción de su propio ministro de Defensa, Santos los insulta de la manera mas grotesca. Los llama “buitres” y “señores del miedo”.
¿De qué diablos está hablando? En lugar de presentar argumentos sólidos para defenderse, Santos acude a calificativos problemáticos que no hacen sino polarizar y enrarecer el ambiente político.
En el actual gobierno no se sabe quién tiene la razón, si el Presidente o el Ministro de Defensa. Entregarle poder político a narcotraficantes asalta caminos y violadores de todas las normas del Derecho Internacional Humanitario ciertamente inquieta y no solamente a las abuelitas. En todas las encuestas y en los resultados electorales ha quedado en evidencia que la gran mayoría de los colombianos sencillamente no confían en las intenciones de las Farc. No hay nada de lo que hayan dicho o hecho recientemente que los haga cambiar de parecer.
En estas condiciones, y con un ministro de Defensa que se ha convertido en un “buitre” y “señor del miedo” porque permanentemente le está recordando a los colombianos lo que son las Farc, Santos pretende que se hagan los de la vista gorda y que acojan un concepto abstracto de paz completamente divorciado de la realidad que vive el país.
Anteriormente Pinzón había declarado, en un taller sobre Derecho Internacional Humanitario que causaba gracia escuchar que las Farc se refieran a los derechos humanos después de “haber fundamentado su existencia en la violación de todas las normas que hay (sobre ellos) a nivel nacional e internacional”. Estos y muchos otros ataques discursivos se han vuelto pan de cada día en las declaraciones públicas del ministro.
Es con estos narcotraficantes asalta caminos y violadores de todas las normas del Derecho Internacional Humanitario que los delegados de Santos de La Habana están feriando el futuro político de Colombia. Es a ellos a los que se les va a garantizar, sin pasar por elecciones, puestos en el Congreso, asambleas departamentales y concejos municipales. Es a ellos que se les va a perdonar los delitos penales de un prontuario criminal imposible de superar.
Y ante todo esto, ¿cuáles son las declaraciones públicas del Presidente? A quienes cuestionan sus negociaciones con estos narcotraficantes asalta caminos y violadores de todas las normas del Derecho Internacional Humanitario, según descripción de su propio ministro de Defensa, Santos los insulta de la manera mas grotesca. Los llama “buitres” y “señores del miedo”.
¿De qué diablos está hablando? En lugar de presentar argumentos sólidos para defenderse, Santos acude a calificativos problemáticos que no hacen sino polarizar y enrarecer el ambiente político.
En el actual gobierno no se sabe quién tiene la razón, si el Presidente o el Ministro de Defensa. Entregarle poder político a narcotraficantes asalta caminos y violadores de todas las normas del Derecho Internacional Humanitario ciertamente inquieta y no solamente a las abuelitas. En todas las encuestas y en los resultados electorales ha quedado en evidencia que la gran mayoría de los colombianos sencillamente no confían en las intenciones de las Farc. No hay nada de lo que hayan dicho o hecho recientemente que los haga cambiar de parecer.
En estas condiciones, y con un ministro de Defensa que se ha convertido en un “buitre” y “señor del miedo” porque permanentemente le está recordando a los colombianos lo que son las Farc, Santos pretende que se hagan los de la vista gorda y que acojan un concepto abstracto de paz completamente divorciado de la realidad que vive el país.