Los médicos cubanos fallaron miserablemente en el diagnóstico y tratamiento del cáncer de Hugo Chávez. Gobierno venezolano trata de desviar la atención sobre el tema.
Inicialmente le diagnosticaron cáncer de colon y le aplicaron quimoterapia cuando en realidad lo que tenía era un rabdomiosarcoma que debía tratarse con radioterapia. Ninguna de las cuatro intervenciones quirúrgicas a que se sometió en Cuba cumplió con el propósito trazado. La última, en diciembre de 2012, lo llevó con inusitada rapidez a la muerte.
En resumen, la medicina cubana acabó con Chávez en menos dos años, cuando lo cierto es que la expectativa de vida de su cáncer en el momento en que se le detectó era de cinco años, con un 50% de posibilidades de supervivencia en caso de un tratamiento adecuado. Los rezos de Rigoberta Menchú y de innmerables otros espontáneos y las permanentes invocaciones a poderes extraterrestres y besuqueos a cruces por parte del paciente no detuvieron un penoso proceso que se anticipó y agravó por errores en el tratamiento médico.
Ahora bien, el gobierno venezolano como sofisma de distracción se ha dado a la tarea de propagar la hipótesis de que Chávez fue “asesinado”, no por las chambonadas de los médicos cubanos como fue el caso, sino por unas “fuerzas oscuras” que le “contagiaron” el cáncer.
En resumen, la medicina cubana acabó con Chávez en menos dos años, cuando lo cierto es que la expectativa de vida de su cáncer en el momento en que se le detectó era de cinco años, con un 50% de posibilidades de supervivencia en caso de un tratamiento adecuado. Los rezos de Rigoberta Menchú y de innmerables otros espontáneos y las permanentes invocaciones a poderes extraterrestres y besuqueos a cruces por parte del paciente no detuvieron un penoso proceso que se anticipó y agravó por errores en el tratamiento médico.
Ahora bien, el gobierno venezolano como sofisma de distracción se ha dado a la tarea de propagar la hipótesis de que Chávez fue “asesinado”, no por las chambonadas de los médicos cubanos como fue el caso, sino por unas “fuerzas oscuras” que le “contagiaron” el cáncer.
En plenos actos fúnebres el mismísimo Nicolás Maduro salió con el ridículo cuento de que a Chávez le inocularon células cancerígenas e incluso posteriormente propuso una comisión para determinar el origen de la enfermedad. Por otro lado, el ministro de Petróleo y Minería Rafael Ramírez señaló en una entrevista a BBC Mundo que Chávez fue víctima de un complot y fue “asesinado”.
Que desparpajo el de estos embusteros y que predecibles que son. La consigna emanada desde Cuba es la de desviar la atención sobre este estruendoso fracaso de su medicina, con historias fantásticas sobre qué fue lo que realmente ocasionó la muy acelerada partida de Chávez de este mundo. Esto es fundamental para mantener el pedestal en el que izquierdistas latinoamericanos han colocado a la medicina cubana, no obstante sus reconocidos grandes atrasos tecnológicos y su manifiesta incapacidad para tratar casos de salud complejos e inusuales como en el caso del cáncer que padeció el ex mandatario venezolano.