En 2012 las reservas internacionales crecieron US$5.164 millones y el índice promedio de la tasa de cambio real cayó 2,6% frente al año anterior.
A diciembre 31 las reservas internacionales llegaron a US$37.464 millones, lo que equivale a cerca de 5.5 meses de importaciones anuales de bienes y servicios. Como se sabe, la Junta Directiva del Banco de la República resolvió hacia mediados del año pasado intervenir mas agresivamente en el mercado cambiario con el objetivo de aminorar las presiones de revaluación a las que ha estado sometido el peso colombiano.
Sin embargo, las mayores compras de divisas por parte del banco central no evitaron que se presentara una revaluación del peso. La tasa de cambio cerró 2012 en 1.768 peso por dólar, un 9% menos que a la misma fecha del año inmediatamente anterior. Pero, por otro lado, el índice promedio mensual de la tasa de cambio real (deflactado por precios al productor) mostró una revaluación de apenas 2,6%. Es de anotar que la variación promedio anual de los precios al productor durante 2012 fue menor que la de los precios al consumidor (0,26% versus 3,17%), lo que contribuyó a que la revaluación así calculada no fuera superior.
De todas maneras, esa revaluación que se registró el año pasado colocó al índice promedio de la tasa de cambio real en un nivel que no se veía desde 1997. Ciertamente se trata de un nivel que significa una pérdida importante de competitividad de Colombia frente a las economías mas avanzadas como Estados Unidos y la Unión Europea.
Ahora bien, no se puede desconocer que las políticas monetarias altamente expansivas de la Reserva Federal y del Banco Central Europeo han llevado a una debilidad tanto del dólar como del euro. Y no se vislumbra todavía el final de esas políticas que han afectado la competitividad no solamente de Colombia sino también de otras economías emergentes.
Pero si se confirman las proyecciones que indican una desaceleración de la economía global para 2013-2014 que incidiría negativamente sobre los precios de productos básicos como el petróleo y el carbón y sobre los flujos de inversión extranjera, cederían las presiones a la revaluación que actualmente enfrentan monedas como el peso colombiano.
Sin embargo, las mayores compras de divisas por parte del banco central no evitaron que se presentara una revaluación del peso. La tasa de cambio cerró 2012 en 1.768 peso por dólar, un 9% menos que a la misma fecha del año inmediatamente anterior. Pero, por otro lado, el índice promedio mensual de la tasa de cambio real (deflactado por precios al productor) mostró una revaluación de apenas 2,6%. Es de anotar que la variación promedio anual de los precios al productor durante 2012 fue menor que la de los precios al consumidor (0,26% versus 3,17%), lo que contribuyó a que la revaluación así calculada no fuera superior.
De todas maneras, esa revaluación que se registró el año pasado colocó al índice promedio de la tasa de cambio real en un nivel que no se veía desde 1997. Ciertamente se trata de un nivel que significa una pérdida importante de competitividad de Colombia frente a las economías mas avanzadas como Estados Unidos y la Unión Europea.
Ahora bien, no se puede desconocer que las políticas monetarias altamente expansivas de la Reserva Federal y del Banco Central Europeo han llevado a una debilidad tanto del dólar como del euro. Y no se vislumbra todavía el final de esas políticas que han afectado la competitividad no solamente de Colombia sino también de otras economías emergentes.
Pero si se confirman las proyecciones que indican una desaceleración de la economía global para 2013-2014 que incidiría negativamente sobre los precios de productos básicos como el petróleo y el carbón y sobre los flujos de inversión extranjera, cederían las presiones a la revaluación que actualmente enfrentan monedas como el peso colombiano.