Todo apunta a que en Estados Unidos el Partido Republicano, que ya tiene el control de la Cámara de Representantes, tomará el control del Senado.
Las elecciones tendrán lugar el 4 de noviembre de 2014. Tanto en la Cámara de Representantes como en las gobernaciones no se espera grandes cambios en relación con las mayorías republicanas actuales. La atención se centra entonces en lo que sucederá en el Senado en donde los demócratas tienen una mayoría de 55 a 45.
Están en juego 36 de los 100 escaños del Senado. Los republicanos necesitan ganar 6 escaños para hacerse a la mayoría. Según las encuestas ganarían los tres asientos que dejarán vacantes senadores demócratas que se retiran (Montana, South Dakota y West Virginia), y el viento está a su favor en cuatro otras elecciones en donde está en juego la continuidad de senadores demócratas (Alaska, Arkansas, Colorado y Louisiana).
Además de lo anterior es muy estrecha la disputa en Iowa, North Carolina y New Hampshire, actualmente en manos de los demócratas. A su vez, los republicanos tienen en la cuerda floja solamente dos escaños, pero sin que las encuestas les haya hecho perder la esperanza de conservarlos.
De manera que las perspectivas lucen muy alentadoras para el Partido Republicano en estas próximas elecciones. La baja popularidad del Presidente Barack Obama, el descontento con la lenta recuperación de la economía, y los fantasmas del terrorismo islámico y de la propagación del ébola, han contribuido al desinfle de las aspiraciones electorales del Partido Demócrata.
Están en juego 36 de los 100 escaños del Senado. Los republicanos necesitan ganar 6 escaños para hacerse a la mayoría. Según las encuestas ganarían los tres asientos que dejarán vacantes senadores demócratas que se retiran (Montana, South Dakota y West Virginia), y el viento está a su favor en cuatro otras elecciones en donde está en juego la continuidad de senadores demócratas (Alaska, Arkansas, Colorado y Louisiana).
Además de lo anterior es muy estrecha la disputa en Iowa, North Carolina y New Hampshire, actualmente en manos de los demócratas. A su vez, los republicanos tienen en la cuerda floja solamente dos escaños, pero sin que las encuestas les haya hecho perder la esperanza de conservarlos.
De manera que las perspectivas lucen muy alentadoras para el Partido Republicano en estas próximas elecciones. La baja popularidad del Presidente Barack Obama, el descontento con la lenta recuperación de la economía, y los fantasmas del terrorismo islámico y de la propagación del ébola, han contribuido al desinfle de las aspiraciones electorales del Partido Demócrata.