Están disponibles las proyecciones económicas de Colombia 2017-2021 y que son relativamente optimistas sobre las tendencias de mediano plazo.
El respectivo informe se puede conseguir en el enlace:
Uno de los aspectos mas interesantes para destacar es que prácticamente ya se completó el ajuste ocasionado por la pérdida súbita de cerca del 45% de los ingresos externos del país que se registró a partir de 2015 con el desplome de los precios internacionales del petróleo, del carbón y de otros productos básicos, y que se tradujo en una crisis de inusitadas proporciones no solamente en el caso de la economía colombiana sino también en las economías de países vecinos compradoras de productos manufactureros colombianos.
Después de un proceso muy exitoso de devaluación del peso, uno en el cual se mantuvo bajo control la inflación y sin sacrificio alguno de las reservas internacionales del Banco de la República, las cuentas externas están relativamente equilibradas, se conservó el grado de inversión de las calificadoras de riesgo internacionales, y el margen de endeudamiento externo de largo plazo sigue siendo relativamente favorable.
También se ha mantenido en niveles razonables el déficit en las cuentas fiscales y se ha llegado a una situación en la cual, gracias a la estabilidad en la tasa de cambio ya alcanzada y a la tendencia descendente de la inflación, las autoridades monetarias están en camino de reducir las tasas de interés y adoptar una política monetaria expansionista.
En términos de actividad económica se han evitado, por lo menos hasta ahora, contracciones como las que se observan en otros países de la región. El punto mas bajo en términos de aumento del PIB será posiblemente en este primer semestre de 2017, para luego en el segundo semestre iniciarse una recuperación que llevaría en 2018-2019 a crecimientos entre 3% y 4% (dependiendo de cómo evolucione la economía global).
Visto en retrospectiva, hay que reconocer que el manejo macroeconómico de estos últimos dos años y medio por parte del gobierno de Juan Manuel Santos, y muy especialmente de su ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas y de los miembros de la Junta Directiva del Banco de la República, ha sido acertado. Nada fácil si se tiene en cuenta la complejidad de los desafíos que han enfrentado.