Rafael Correa dijo que expropiaría a las compañías petroleras que se nieguen a firmar nuevos contratos en las condiciones fijadas por su gobierno.
Mandará a la Asamblea un proyecto de ley que le concede facultades para expropiar los campos petroleros de aquellas empresas que no quieran firmar contratos de prestación de servicios. Algunos observadores sostienen que se trata de una burda estrategia de negociación para obligarlas a firmar sin derecho a pataleo.
La expropiación violaría las normas más elementales del derecho internacional. Se desencadenarían más demandas en contra de Ecuador, que se sumarían a las que ya están en curso en diversos tribunales internacionales. Durante el actual gobierno Ecuador se ha convertido en un país paria a todos los niveles, tanto en materia financiera como en sus relaciones con los inversionistas extranjeros.
Las empresas extranjeras que insisten en invertir en Ecuador asumen un gran riesgo. El gobierno de Ecuador no reconoce los fallos de los tribunales internacionales cuando son en contra, modifica caprichosamente las reglas de juego, y no acepta la validez de contratos negociados con anterioridad.
Ahora bien, ¿a qué compañías petroleras afectaría la decisión de Correa? Es como para morirse de risa. Entre otras, a la hispano-argentina Repsol-YPF, a la china CNPC (Andes) y a la brasilera Petrobras. ¡Qué bien por Correa! Mientras le pide limosna al gobierno de China y trata a Brasil y Argentina como países amigos, les expropia sus empresas (o por lo menos amenaza con hacerlo).
En 2009, las petroleras extranjeras aportaron un 42% de la producción total de Ecuador que fue de 486.000 barriles diarios. Esta producción ha venido en declive últimamente. En 2006 alcanzó 536.000 barriles diarios y durante los dos primeros meses de 2010 fue de apenas 466.000 barriles diarios. Se teme que el ritmo de declinación se acelere por la falta de nueva inversión y por el envejecimiento de los pozos productores existentes.
La expropiación violaría las normas más elementales del derecho internacional. Se desencadenarían más demandas en contra de Ecuador, que se sumarían a las que ya están en curso en diversos tribunales internacionales. Durante el actual gobierno Ecuador se ha convertido en un país paria a todos los niveles, tanto en materia financiera como en sus relaciones con los inversionistas extranjeros.
Las empresas extranjeras que insisten en invertir en Ecuador asumen un gran riesgo. El gobierno de Ecuador no reconoce los fallos de los tribunales internacionales cuando son en contra, modifica caprichosamente las reglas de juego, y no acepta la validez de contratos negociados con anterioridad.
Ahora bien, ¿a qué compañías petroleras afectaría la decisión de Correa? Es como para morirse de risa. Entre otras, a la hispano-argentina Repsol-YPF, a la china CNPC (Andes) y a la brasilera Petrobras. ¡Qué bien por Correa! Mientras le pide limosna al gobierno de China y trata a Brasil y Argentina como países amigos, les expropia sus empresas (o por lo menos amenaza con hacerlo).
En 2009, las petroleras extranjeras aportaron un 42% de la producción total de Ecuador que fue de 486.000 barriles diarios. Esta producción ha venido en declive últimamente. En 2006 alcanzó 536.000 barriles diarios y durante los dos primeros meses de 2010 fue de apenas 466.000 barriles diarios. Se teme que el ritmo de declinación se acelere por la falta de nueva inversión y por el envejecimiento de los pozos productores existentes.