Según este personaje, los errores arbitrales hacen parte del fútbol y sirven para las polémicas. Insinúa que estas polémicas aumentan el interés de la afición.
Pues claro que siempre habrá errores arbitrales. Pero justificarlos cuando se puede impedirlos es una posición absurda. Esos errores pueden ocasionar tragedias de proporciones insospechadas, por la reacción de los aficionados dentro y fuera de las canchas. Constituyen una gran injusticia cuando afecta de manera contundente el resultado de un partido. Se presta para movidas corruptas por parte de árbitros, dirigentes y apostadores.
Pero a eso están acostumbrados en la FIFA. A un sistema poco transparente que permite la manipulación de los resultados.
Con motivo de los recientes errores arbitrales en el Mundial de Sudáfrica, la FIFA resolvió bloquear la transmisión del partido por las pantallas de los estadios. Valiente medida tan idiota. Esas pantallas ya hacen parte del espectáculo dentro de los estadios.
Si se trata de tapar los errores arbitrales, pues lo mejor sería prohibir la transmisión de los partidos por televisión. Pocos se darían cuenta de los errores y trampas. Para los de la FIFA la culpa es de la tecnología moderna que saca a la luz maniobras dudosas e impropias.
En todos los otros deportes ha habido un esfuerzo por emplear la tecnología moderna para hacer más acertadas las decisiones arbitrales. Esa experiencia ha sido olímpicamente desechada por los de la FIFA. La falta de transparencia es lo que más les conviene, por lo visto.
Pero lo peor de todo esto es que suponen que los aficionados son unos tarados. Tratan de convencerlos de que la falta de transparencia es lo mejor que le puede suceder al deporte del fútbol. Debían por lo menos ahorrase esta argumentación, porque resulta verdaderamente ofensiva.
Los grandes patrocinadores deberían hacerse sentir. Un deporte que no hace el esfuerzo por corregir la falta de transparencia cuando existen los medios para hacerlo, no merece su apoyo.
Pero a eso están acostumbrados en la FIFA. A un sistema poco transparente que permite la manipulación de los resultados.
Con motivo de los recientes errores arbitrales en el Mundial de Sudáfrica, la FIFA resolvió bloquear la transmisión del partido por las pantallas de los estadios. Valiente medida tan idiota. Esas pantallas ya hacen parte del espectáculo dentro de los estadios.
Si se trata de tapar los errores arbitrales, pues lo mejor sería prohibir la transmisión de los partidos por televisión. Pocos se darían cuenta de los errores y trampas. Para los de la FIFA la culpa es de la tecnología moderna que saca a la luz maniobras dudosas e impropias.
En todos los otros deportes ha habido un esfuerzo por emplear la tecnología moderna para hacer más acertadas las decisiones arbitrales. Esa experiencia ha sido olímpicamente desechada por los de la FIFA. La falta de transparencia es lo que más les conviene, por lo visto.
Pero lo peor de todo esto es que suponen que los aficionados son unos tarados. Tratan de convencerlos de que la falta de transparencia es lo mejor que le puede suceder al deporte del fútbol. Debían por lo menos ahorrase esta argumentación, porque resulta verdaderamente ofensiva.
Los grandes patrocinadores deberían hacerse sentir. Un deporte que no hace el esfuerzo por corregir la falta de transparencia cuando existen los medios para hacerlo, no merece su apoyo.