El dato sugiere que la economía colombiana tocó fondo y que en los próximos trimestres habrá una recuperación.
El Dane revisó hacía arriba el dato del primer trimestre de 2009 de –0,6% a –0,4%. Por otro lado, al comparar el segundo trimestre con el primero, el aumento fue de 0,7%. Da la impresión que la mayor descolgada sucedió en el cuarto trimestre de 2008 cuando el descenso anual fue de 1,1%. Desde entonces el PIB ha venido oscilando en terreno ligeramente negativo al compararlo con iguales períodos del año anterior, pero con una leve tendencia al alza al comparar cada trimestre con el trimestre inmediatamente anterior.
Por el lado de la oferta, los sectores que por su peso más contribuyeron a la baja del segundo trimestre frente a igual período de 2008 fueron: equipo de transporte (–34,7%); café (–30,3%) y trilla de café (–27,7%); textiles (–19%) y confecciones (–23,9%); maquinaria y equipo (–22,6%); otra maquinaria y aparatos eléctricos (–14,6%); minerales no metálicos que incluye cemento (–12,9%); metálicos básicos (–11,4%); construcción y reparación de edificaciones (–9,9%); caucho y plásticos (–8,9%); aceites y grasas vegetales (–8,5%); servicios complementarios y auxiliares al transporte (–7,7%); productos lácteos (–7,1%); productos de molinería (–6,8%); esparcimiento y servicios culturales (–4.3); y comercio (–4,2%).
Los sectores que más contribuyeron a compensar la caída del PIB fueron: construcción de obras civiles (40,5%); petróleo y gas natural (13,3%); azúcar (10,2%); minerales metálicos (9,9%); servicios de intermediación financiera y seguros (6,9%); y servicios a las empresas (3,7%). Entre los minerales metálicos sobresalió el níquel (35,4%).
Por el lado de la demanda, en el segundo trimestre de 2009 el consumo de hogares disminuyó 0,7%, mientras que el consumo del gobierno aumentó 0,9%, ambos en relación con el mismo trimestre del año anterior. La caída en el consumo de hogares fue sobretodo impulsada por el descenso en bienes durables (–7,2%). La pregunta del millón es si la desaceleración del consumo de hogares está llegando a su fin y si cabe esperar una recuperación durante el segundo semestre de 2009. Al finalizar el segundo trimestre todavía no había un indicio claro al respecto.
En cuanto a la inversión o formación bruta de capital, disminuyó 2,2% en relación con el mismo trimestre del año anterior. Sin embargo, frente al primer trimestre de 2009 el aumento fue de 1,7%, lo que indica que se inició una recuperación especialmente impulsada por el componente de obras civiles.
A su vez, en el caso de las exportaciones, su caída de 5,7% fue mayor que las experimentadas en el primer trimestre de 2% y en el último trimestre de 2008 de 2,4%, lo cual es reflejo del deterioro que se ha presentado en los mercados internaciones, incluidos Venezuela y Ecuador. Sin embargo, el impacto negativo de una disminución de las exportaciones más que se compensó con el descenso de 9,7% en las importaciones, que fue superior a la caída registrada en el primer trimestre de 1,5%.
Hacia delante incidirán positivamente la caída de la inflación, la reducción de las tasas de interés y una cierta estabilidad en la tasa de cambio. Todos estos factores contribuirán a una eventual recuperación del consumo de hogares, que constituye cerca del 65% del PIB. A la anterior hay que agregar la inversión programada en obras civiles, así como en sectores como el de petróleo, carbón y minería. Por el lado negativo preocupa principalmente la suerte futura del comercio con Venezuela y la eventualidad de una recaída de la economía mundial que arrastre consigo la incipiente recuperación que se observa en varios países, incluidos algunos de la región.
Por el lado de la oferta, los sectores que por su peso más contribuyeron a la baja del segundo trimestre frente a igual período de 2008 fueron: equipo de transporte (–34,7%); café (–30,3%) y trilla de café (–27,7%); textiles (–19%) y confecciones (–23,9%); maquinaria y equipo (–22,6%); otra maquinaria y aparatos eléctricos (–14,6%); minerales no metálicos que incluye cemento (–12,9%); metálicos básicos (–11,4%); construcción y reparación de edificaciones (–9,9%); caucho y plásticos (–8,9%); aceites y grasas vegetales (–8,5%); servicios complementarios y auxiliares al transporte (–7,7%); productos lácteos (–7,1%); productos de molinería (–6,8%); esparcimiento y servicios culturales (–4.3); y comercio (–4,2%).
Los sectores que más contribuyeron a compensar la caída del PIB fueron: construcción de obras civiles (40,5%); petróleo y gas natural (13,3%); azúcar (10,2%); minerales metálicos (9,9%); servicios de intermediación financiera y seguros (6,9%); y servicios a las empresas (3,7%). Entre los minerales metálicos sobresalió el níquel (35,4%).
Por el lado de la demanda, en el segundo trimestre de 2009 el consumo de hogares disminuyó 0,7%, mientras que el consumo del gobierno aumentó 0,9%, ambos en relación con el mismo trimestre del año anterior. La caída en el consumo de hogares fue sobretodo impulsada por el descenso en bienes durables (–7,2%). La pregunta del millón es si la desaceleración del consumo de hogares está llegando a su fin y si cabe esperar una recuperación durante el segundo semestre de 2009. Al finalizar el segundo trimestre todavía no había un indicio claro al respecto.
En cuanto a la inversión o formación bruta de capital, disminuyó 2,2% en relación con el mismo trimestre del año anterior. Sin embargo, frente al primer trimestre de 2009 el aumento fue de 1,7%, lo que indica que se inició una recuperación especialmente impulsada por el componente de obras civiles.
A su vez, en el caso de las exportaciones, su caída de 5,7% fue mayor que las experimentadas en el primer trimestre de 2% y en el último trimestre de 2008 de 2,4%, lo cual es reflejo del deterioro que se ha presentado en los mercados internaciones, incluidos Venezuela y Ecuador. Sin embargo, el impacto negativo de una disminución de las exportaciones más que se compensó con el descenso de 9,7% en las importaciones, que fue superior a la caída registrada en el primer trimestre de 1,5%.
Hacia delante incidirán positivamente la caída de la inflación, la reducción de las tasas de interés y una cierta estabilidad en la tasa de cambio. Todos estos factores contribuirán a una eventual recuperación del consumo de hogares, que constituye cerca del 65% del PIB. A la anterior hay que agregar la inversión programada en obras civiles, así como en sectores como el de petróleo, carbón y minería. Por el lado negativo preocupa principalmente la suerte futura del comercio con Venezuela y la eventualidad de una recaída de la economía mundial que arrastre consigo la incipiente recuperación que se observa en varios países, incluidos algunos de la región.