El Presidente de Estados Unidos logró que por primera vez en la historia sea rebajada la calificación de riesgo de su país.
Mucho ha hecho este Presidente para semejante hazaña. Niveles sin precedentes del déficit del gobierno federal. Trayectoria explosiva de la deuda pública hasta situarla en el horizonte del 100% del PIB a dos años vista. Imposición de toda clase de trabas y regulaciones sobre la actividad económica. Amenazas permanentes de aumentos de impuestos. Una reforma a la salud que hipotecará aún más al país. En fin, es sorprendente la rapidez con la cual este Presidente destruyó a la economía más importante del planeta.
Actualmente de cada dólar que gasta el gobierno de Obama, 43 centavos son financiados con deuda. El “avispado” gobierno actual de Estados Unidos se ha aprovechado de la circunstancia de que el dólar es la moneda mundial de reserva para gastar a la lata sin respaldo real alguno. Pero obviamente semejante derroche tiene un límite. El primer ministro de Rusia Vladimir Putin sentenció con toda la razón: “Estados Unidos se ha convertido en el gran parásito del planeta”.
Y efectivamente, ¿quién está financiando al irresponsable gobierno de Obama? Básicamente los demás países del planeta, con China a la cabeza. Este país asiático también ha expresado de distintas formas su malestar con el manejo de las finanzas públicas en Estados Unidos, y especialmente ahora que Standard & Poor’s le bajó la calificación a los Tesoros de AAA a AA+.
Como suele suceder con los gobiernos poco serios, el de Obama le ha atribuido la culpa de lo que está sucediendo al sofá y no a lo que se ha hecho encima de él. La primera reacción fue que la calificadora se equivocó en la evaluación. La segunda, que el Tea Party tuvo la culpa por su oposición a subir el límite de la deuda. Para otros adictos a su gobierno, es un problema de racismo. ¡Como si nadie estuviera viendo lo que pasa encima del sofá!
¿Qué fuman en el gobierno de Obama? ¿Y qué fuman sus partidarios? ¿Acaso se puede, sin consecuencia alguna, gastar indefinidamente lo que no se tiene y aumentar la deuda hasta niveles infinitos? Es cierto que Obama recibió de su antecesor una situación económica difícil. Un buen líder, la hubiera enfrentado y mejorado al cabo del tiempo. Este personaje, en cambio, ejerció su liderazgo para empeorarla drásticamente en poco tiempo. Y así lo hizo, y todavía lo sigue haciendo, en medio de los aplausos de periodistas, farándula y políticos de izquierda.
Decía un analista que “lo único cierto en la vida son los impuestos y las deudas. Si para evaluar al gobierno de Estados Unidos se utilizaran las prácticas contables comúnmente aceptadas por cualquier empresa inscrita en Bolsa, el Tío Sam estaría bajo la lupa de la autoridades de vigilancia y sus parientes más cercanos ya lo habrían echado de las oficinas y le habrían cortado todas las tarjetas de crédito.”
Lo peor del gobierno de Obama es que no tiene plan alguno para enfrentar la actual crisis fiscal. Al contrario, se ha propuesto sabotear todos los intentos serios de recorte del gasto. Mientras tanto el tic-tac de su deuda se escucha cada vez con mayor intensidad y la confianza en la principal economía del mundo se erosiona a pasos agigantados, con unas muy serias consecuencias sobre el resto del planeta.
Actualmente de cada dólar que gasta el gobierno de Obama, 43 centavos son financiados con deuda. El “avispado” gobierno actual de Estados Unidos se ha aprovechado de la circunstancia de que el dólar es la moneda mundial de reserva para gastar a la lata sin respaldo real alguno. Pero obviamente semejante derroche tiene un límite. El primer ministro de Rusia Vladimir Putin sentenció con toda la razón: “Estados Unidos se ha convertido en el gran parásito del planeta”.
Y efectivamente, ¿quién está financiando al irresponsable gobierno de Obama? Básicamente los demás países del planeta, con China a la cabeza. Este país asiático también ha expresado de distintas formas su malestar con el manejo de las finanzas públicas en Estados Unidos, y especialmente ahora que Standard & Poor’s le bajó la calificación a los Tesoros de AAA a AA+.
Como suele suceder con los gobiernos poco serios, el de Obama le ha atribuido la culpa de lo que está sucediendo al sofá y no a lo que se ha hecho encima de él. La primera reacción fue que la calificadora se equivocó en la evaluación. La segunda, que el Tea Party tuvo la culpa por su oposición a subir el límite de la deuda. Para otros adictos a su gobierno, es un problema de racismo. ¡Como si nadie estuviera viendo lo que pasa encima del sofá!
¿Qué fuman en el gobierno de Obama? ¿Y qué fuman sus partidarios? ¿Acaso se puede, sin consecuencia alguna, gastar indefinidamente lo que no se tiene y aumentar la deuda hasta niveles infinitos? Es cierto que Obama recibió de su antecesor una situación económica difícil. Un buen líder, la hubiera enfrentado y mejorado al cabo del tiempo. Este personaje, en cambio, ejerció su liderazgo para empeorarla drásticamente en poco tiempo. Y así lo hizo, y todavía lo sigue haciendo, en medio de los aplausos de periodistas, farándula y políticos de izquierda.
Decía un analista que “lo único cierto en la vida son los impuestos y las deudas. Si para evaluar al gobierno de Estados Unidos se utilizaran las prácticas contables comúnmente aceptadas por cualquier empresa inscrita en Bolsa, el Tío Sam estaría bajo la lupa de la autoridades de vigilancia y sus parientes más cercanos ya lo habrían echado de las oficinas y le habrían cortado todas las tarjetas de crédito.”
Lo peor del gobierno de Obama es que no tiene plan alguno para enfrentar la actual crisis fiscal. Al contrario, se ha propuesto sabotear todos los intentos serios de recorte del gasto. Mientras tanto el tic-tac de su deuda se escucha cada vez con mayor intensidad y la confianza en la principal economía del mundo se erosiona a pasos agigantados, con unas muy serias consecuencias sobre el resto del planeta.
(Advertencia: lanota.com sólo utiliza este nombre. No tiene relación alguna con portales o empresas que emplean la palabra lanota en otras combinaciones de nombres).