Cualquier cosa le puede pasar. En el mejor de los casos se los pagan a un precio ridículo.
Por un lado, la distancia entre el dólar paralelo o negro y las tasas oficiales de cambio es cada vez más grande. Pero, por otro lado, existe el riesgo de decomiso y hasta de multas. Venezuela se convirtió en una cárcel cambiaria. Lo mejor que se puede hacer es llevar bolívares. Si no se consiguen bolívares, llevar el menor número posible de dólares y venderlos solamente a alguien de confianza.
No caiga en trampas con funcionarios del gobierno de Hugo Chávez. Son todos avivados que se aprovechan de leyes cambiarias absurdas para enredar y robar al extranjero.
No caiga en trampas con funcionarios del gobierno de Hugo Chávez. Son todos avivados que se aprovechan de leyes cambiarias absurdas para enredar y robar al extranjero.