En agosto de 2012 la producción de la industria manufacturera decreció y las ventas del comercio al por menor no aumentaron mayormente.
En el caso de la actividad manufacturera su caída en agosto fue de 1,9% frente a igual mes del año anterior. La desaceleración viene desde el tercer trimestre de 2011 cuando la producción manufacturera se incrementó en 6,5% luego de seis trimestres relativamente dinámicos. En el cuarto trimestre de ese año el crecimiento fue de 4,1%. Posteriormente en el primer trimestre de 2012 fue de solo 1,9% y en el segundo trimestre fue cero. El dato negativo de agosto sugiere que el tercer trimestre será rojo.
De otra parte, en el caso del comercio minorista en agosto el aumento interanual fue de apenas 1,2%, menor al del segundo trimestre que fue 2,1% y al de primer trimestre que fue 6,9%. Casi coincidente con la industria manufacturera, esta actividad se ha venido desacelerando a partir del tercer trimestre de 2011.
Visto en una perspectiva de mas largo plazo se puede afirmar que se agotó el rebote que se produjo después de la crisis de 2008-2009. Dicho rebote básicamente se inició a finales de 2009 y duró hasta el primer trimestre de 2012. Desde entonces hay una desaceleración que no ha concluido y que ha llevado a actividades como la industria y el comercio a unos indicadores que cuando no son negativos, lo son escasamente positivos.
Se podría interpretar que existe una especie de “respiro” luego de una tendencia muy positiva anterior. Que dentro de unos pocos meses tanto la industria como el comercio retomarán un sendero de un sostenido crecimiento. Pero esta no parecería ser la situación actual si se tiene en cuenta la trayectoria negativa que trae la economía global y el desánimo que empieza a observarse en sectores como los hidrocarburos y la minería que en el reciente pasado jalonaron la economía colombiana.
De hecho, Juan Manuel Santos inició su gobierno en medio de una bonanza petrolera y minera, pero modificó adversamente las reglas de juego tributarias y frenó el otorgamiento de licencias ambientales, dándole un duro golpe a la confianza inversionista en este sector. Actualmente Colombia ya no es el país atractivo para invertir en estas actividades, tal como lo fuera en la década pasada.
De otra parte, en el caso del comercio minorista en agosto el aumento interanual fue de apenas 1,2%, menor al del segundo trimestre que fue 2,1% y al de primer trimestre que fue 6,9%. Casi coincidente con la industria manufacturera, esta actividad se ha venido desacelerando a partir del tercer trimestre de 2011.
Visto en una perspectiva de mas largo plazo se puede afirmar que se agotó el rebote que se produjo después de la crisis de 2008-2009. Dicho rebote básicamente se inició a finales de 2009 y duró hasta el primer trimestre de 2012. Desde entonces hay una desaceleración que no ha concluido y que ha llevado a actividades como la industria y el comercio a unos indicadores que cuando no son negativos, lo son escasamente positivos.
Se podría interpretar que existe una especie de “respiro” luego de una tendencia muy positiva anterior. Que dentro de unos pocos meses tanto la industria como el comercio retomarán un sendero de un sostenido crecimiento. Pero esta no parecería ser la situación actual si se tiene en cuenta la trayectoria negativa que trae la economía global y el desánimo que empieza a observarse en sectores como los hidrocarburos y la minería que en el reciente pasado jalonaron la economía colombiana.
De hecho, Juan Manuel Santos inició su gobierno en medio de una bonanza petrolera y minera, pero modificó adversamente las reglas de juego tributarias y frenó el otorgamiento de licencias ambientales, dándole un duro golpe a la confianza inversionista en este sector. Actualmente Colombia ya no es el país atractivo para invertir en estas actividades, tal como lo fuera en la década pasada.