Toda clase de irregularidades durante la votación del 14 de febrero de 2013 en Venezuela. Maduro después de aceptar el reconteo del 100% de los votos se hace el de la vista gorda.
Y que vista tan gorda la de ese gobierno. Toda clase de presiones sobre los empleados públicos y los receptores de los subsidios para que voten por el candidato oficial. Pero no contentos con eso, desórdenes, destrucción del material, votos asistidos y personas con multiplicidad de cédulas a la hora de votar.
No fueron unas elecciones normales. Los miembros de la organización civil de acompañamiento electoral Veedores Internacionales describieron la situación: Marchas organizadas por el partido gubernamental haciendo proselitismo el día de la votación y presionando a los colegios el apoyo para el candidato Maduro; testigos de mesa denunciando cédulas falsas e irregulares para el ejercicio de la votación; y levantamientos populares solicitando transparencia ante el engaño electoral.
Según esta organización “no es desde ningún punto de vista lógico que se le pudiera otorgar la credencial de Presidente cuando el resultado está en discusión.” En fin, mas claro no canta el gallo: después de lo ocurrido el día de elecciones, la legitimidad de Maduro está sujeta al proceso de auditoria que sería la única forma de darle legalidad a los resultados.
Mientras Maduro se niega a realizar la auditoría que aceptó en el discurso de celebración de su supuesta victoria y el Concejo Nacional Electoral (CNE) anuncia su proclamación formal sin ella, el candidato opositor indicó que “hasta que no se cuenta cada voto y se haga auditoría de todo, hay un Presidente ilegítimo y así lo denunciamos al mundo”.
No fueron unas elecciones normales. Los miembros de la organización civil de acompañamiento electoral Veedores Internacionales describieron la situación: Marchas organizadas por el partido gubernamental haciendo proselitismo el día de la votación y presionando a los colegios el apoyo para el candidato Maduro; testigos de mesa denunciando cédulas falsas e irregulares para el ejercicio de la votación; y levantamientos populares solicitando transparencia ante el engaño electoral.
Según esta organización “no es desde ningún punto de vista lógico que se le pudiera otorgar la credencial de Presidente cuando el resultado está en discusión.” En fin, mas claro no canta el gallo: después de lo ocurrido el día de elecciones, la legitimidad de Maduro está sujeta al proceso de auditoria que sería la única forma de darle legalidad a los resultados.
Mientras Maduro se niega a realizar la auditoría que aceptó en el discurso de celebración de su supuesta victoria y el Concejo Nacional Electoral (CNE) anuncia su proclamación formal sin ella, el candidato opositor indicó que “hasta que no se cuenta cada voto y se haga auditoría de todo, hay un Presidente ilegítimo y así lo denunciamos al mundo”.