El Banco Central de Venezuela (BCV) le establecerá un tope al llamado dólar paralelo o dólar permuta. Habrá, entonces, cuatro tasas de cambio.
O sea que a falta de dos habrán tres tasas de cambio oficiales, más la que regirá en el mercado negro. Una de las tasas oficiales es el dólar preferencial de 2.60 bolívares y que aplica a los viáticos de Hugo Chávez y demás burócratas cuando viajan al exterior; otra es el llamado dólar petrolero de 4.30 bolívares; y ahora habrá el dólar permuta que se fijará en una banda que estará entre un piso de 5 bolívares y un tope de 7 bolívares.
El BCV decidirá a quién le entrega dólares permuta y será el encargo de administrar la banda. Para hacer respetar la banda supuestamente emitirá bonos cambiarios y adjudicará notas estructuradas al sistema financiero.
Por ahora el gobierno ha descartado la emisión de bonos de PDVSA por considerar que se afectaría negativamente el precio de los bonos existentes en el mercado secundario, por exceso de oferta. Como se sabe, la estatal petrolera está virtualmente quebrada, en el sentido de no poder cumplir con la mayoría de los compromisos que ha adquirido por dentro y por fuera del país.
Por otro lado, el BCV no tiene las reservas internacionales suficientes como para atender los requerimientos del mercado. De manera que surgirá impetuoso el dólar negro prohibido, viejo conocido de las economías donde hay rígidos controles de cambio. Tal como está la situación de inflación y de escasez de divisas, lo más seguro es que el valor del dólar negro termine situándose rápidamente como mínimo 40% por encima de la tasa oficial del permuta.
No se sabe exactamente de dónde surgió la idea de un mercado cambiario con tres tasas oficiales (una de las cuales con banda cambiaria) y una tasa negra. Pero todo apunta a que uno de los artífices de esta entelequia fue el ministro de Planificación y Finanzas Jorge Giordani, uno de los payasos culpables de que la economía venezolana esté patas arriba.
La nueva entelequia tiene varias peculiaridades. Una de ellas es que aquel que pueda adquirir dólares a la tasa preferencial de 2.60 bolívares, gente vinculada al gobierno primordialmente, hará el negocio de la vida. Podrá obtener dólares subsidiados por todos los venezolanos a ese valor, que valdrán tres o cuatro veces más en el mercado negro. Los rendimientos del narcotráfico se quedan en pañales al lado de este negocio ideado por el gobierno de Chávez.
El BCV decidirá a quién le entrega dólares permuta y será el encargo de administrar la banda. Para hacer respetar la banda supuestamente emitirá bonos cambiarios y adjudicará notas estructuradas al sistema financiero.
Por ahora el gobierno ha descartado la emisión de bonos de PDVSA por considerar que se afectaría negativamente el precio de los bonos existentes en el mercado secundario, por exceso de oferta. Como se sabe, la estatal petrolera está virtualmente quebrada, en el sentido de no poder cumplir con la mayoría de los compromisos que ha adquirido por dentro y por fuera del país.
Por otro lado, el BCV no tiene las reservas internacionales suficientes como para atender los requerimientos del mercado. De manera que surgirá impetuoso el dólar negro prohibido, viejo conocido de las economías donde hay rígidos controles de cambio. Tal como está la situación de inflación y de escasez de divisas, lo más seguro es que el valor del dólar negro termine situándose rápidamente como mínimo 40% por encima de la tasa oficial del permuta.
No se sabe exactamente de dónde surgió la idea de un mercado cambiario con tres tasas oficiales (una de las cuales con banda cambiaria) y una tasa negra. Pero todo apunta a que uno de los artífices de esta entelequia fue el ministro de Planificación y Finanzas Jorge Giordani, uno de los payasos culpables de que la economía venezolana esté patas arriba.
La nueva entelequia tiene varias peculiaridades. Una de ellas es que aquel que pueda adquirir dólares a la tasa preferencial de 2.60 bolívares, gente vinculada al gobierno primordialmente, hará el negocio de la vida. Podrá obtener dólares subsidiados por todos los venezolanos a ese valor, que valdrán tres o cuatro veces más en el mercado negro. Los rendimientos del narcotráfico se quedan en pañales al lado de este negocio ideado por el gobierno de Chávez.