Parecería que la Unión Europea (UE) y los países productores de América Latina están próximos a llegar a un acuerdo.
La que se ha llamado “guerra del banano” lleva 16 años y es una de las disputas comerciales más largas desde la creación de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Los jueces de la OMC han fallado repetidamente en contra de la política de aranceles de la UE en relación con el fruto. Han establecido sin equívocos que esa política viola las leyes del comercio al favorecer a productores de África y el Caribe y perjudicar a los de Ecuador, Costa Rica y Colombia, entre otros países latinoamericanos. Estados Unidos se ha alineado con América Latina en esta disputa, dado que dos de sus compañías, Chiquita Brands International y Dole Food, tienen cultivos y exportan desde allí el fruto.
Tal como está la situación, los productores latinoamericanos pagan un arancel de 176 euros por tonelada métrica, mientras que la EU le aplica uno menor a las importaciones provenientes de las antiguas colonias de Inglaterra y Francia en África y el Caribe. Ahora bien, en julio de 2009 los dos bandos en disputa acordaron una reducción gradual del arancel a 114 euros en 2016, con lo que casi se eliminaría la discriminación en contra de América Latina. Sin embargo, la UE no implementó el acuerdo porque lo condicionó a la firma de un acuerdo global de comercio, el cual se encuentra bloqueado.
En la versión sobre la cual hay posibilidades de un acuerdo, el arancel del banano se reduciría a los 114 euros por tonelada, pero en 2017 en lugar de 2016. La forma como se daría esa disminución a partir de 2010 es todavía un punto en discordia. Por otro lado, la UE le daría a las ex colonias una ayuda de 190 millones de euros durante cuatro años para financiar programas dirigidos a elevar su competitividad.
Actualmente la EU le compra a América Latina cerca del 85% de sus 4 millones de toneladas de importaciones de banano. El fruto es la cuarta cosecha de comida más valiosa del mundo después del trigo, el arroz y el maíz.
Tal como está la situación, los productores latinoamericanos pagan un arancel de 176 euros por tonelada métrica, mientras que la EU le aplica uno menor a las importaciones provenientes de las antiguas colonias de Inglaterra y Francia en África y el Caribe. Ahora bien, en julio de 2009 los dos bandos en disputa acordaron una reducción gradual del arancel a 114 euros en 2016, con lo que casi se eliminaría la discriminación en contra de América Latina. Sin embargo, la UE no implementó el acuerdo porque lo condicionó a la firma de un acuerdo global de comercio, el cual se encuentra bloqueado.
En la versión sobre la cual hay posibilidades de un acuerdo, el arancel del banano se reduciría a los 114 euros por tonelada, pero en 2017 en lugar de 2016. La forma como se daría esa disminución a partir de 2010 es todavía un punto en discordia. Por otro lado, la UE le daría a las ex colonias una ayuda de 190 millones de euros durante cuatro años para financiar programas dirigidos a elevar su competitividad.
Actualmente la EU le compra a América Latina cerca del 85% de sus 4 millones de toneladas de importaciones de banano. El fruto es la cuarta cosecha de comida más valiosa del mundo después del trigo, el arroz y el maíz.