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La vaca lechera de Hugo Chávez no da más. Se cuestiona su capacidad para emprender grandes proyectos.
 
No es fácil llegar a conclusiones definitivas sobre la actual situación financiera de PDVSA, por la falta de transparencia en sus estados financieros. Pero los resultados que presentó para el primer semestre de 2009 muestran que su situación de liquidez es muy estrecha, por decir lo menos. Veamos.

Los ingresos semestrales fueron US$32.500 millones. Cayeron un 52% frente igual período del año anterior, principalmente por el descenso de los precios internacionales del crudo. En ese semestre, el precio promedio del barril fue de US$47.33, una reducción de 50,8% en relación con 2008.  

A su vez, las utilidades pasaron de US$9.500 millones en el primer semestre de 2008 a US$3.100 millones los primeros seis meses de este año. No fueron menores debido a que las contribuciones de la vaca lechera al desarrollo “social” (misiones y programas especiales) fueron de US$386 millones, lo que constituyó una contracción de 79% frente a las del año anterior.

Pero de mayor significación, contabilizó como ganancias del primer semestre US$1.400 millones de los recursos recibidos del Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden) en diciembre de 2008. Como se sabe, a finales del año pasado este fondo le transfirió a la vaca lechera US$5.000 millones para compensarle por la compra de empresas eléctricas, de petroquímica y alimentación.

Por otro lado, la contribución al fisco, o sea los pagos por concepto de regalías e impuestos, fueron US$5.300 millones, lo que representó una disminución de 52% en relación con los US$11.000 millones que traspasó durante el primer semestre de 2008.

Al tiempo que disminuían los ingresos y las utilidades, la vaca lechera entró en un proceso de creciente endeudamiento. A junio 30 de 2009, las cuentas por pagar a proveedores ascendieron a US$8.100 millones frente a US$7.500 millones un año antes. Adicionalmente, le vendió a Fogade y a Bandes certificados de inversión por US$1.500 millones. Y realizó emisiones de bonos por US$6.000 millones.

Al cerrar el primer semestre de este año la deuda total de la vaca lechera totalizaba US$16.000 millones, pero según reporta el diario El Universal, a finales de octubre había aumentado a US$22.000 millones.

Actualmente hay 83.457 trabajadores que devengan sueldo de la vaca lechera, más del doble de los empleados que había cuando Hugo Chávez llegó a la Presidencia hace 11 años. Amigos del gobierno, empleados de empresas nacionalizadas, gente que trabaja en clubes y comedores, transportistas de combustibles y encargados de operaciones acuáticas, entre otros, han engrosado la lista de quienes maman de las ubres de la vaca lechera.

Aunque la nómina se ha incrementado en más del doble, su producción ha caído en por lo menos una cuarta parte en relación con lo que era a comienzos de la actual década. Si bien no hay un consenso sobre los niveles de producción de petróleo de Venezuela, son varios los analistas que consideran que se trata de una compañía que está en problemas para mantenerlos, en buena parte debido a un progresivo deterioro de toda la infraestructura petrolera del país.

Los estimativos de la producción actual de petróleo de Venezuela (sin incluir gas natural) oscilan entre 2.1 millones y 2.7 millones de barriles diarios. Hay quienes sostienen que si la OPEC llegara a aumentar sus cuotas Venezuela no estaría en capacidad de aprovechar ese aumento.

Ahora bien, a la vaca lechera le han encomendado involucrarse en refinerías en Brasil, en otros países de América Latina y hasta en Siria, para no mencionar grandes inversiones en su propio país. Estas últimas, no solamente se refieren al mantenimiento y renovación de la infraestructura existente, sino a su participación en los grandes proyectos de explotación de las reservas petroleras de la cuenca del Orinoco y las de gas natural en la costa occidental. Gracias a la política “socialista” del gobierno de Chávez, las empresas extranjeras no pueden contribuir con más del 40% de la inversión requerida.

¿De dónde sacará la vaca lechera recursos para tan grande inversión? ¿Le sobrarán recursos para alimentar al Fonden, a las “misiones” y a los inagotables caprichos presidenciales? ¿Podrá financiar todo esto y además sufragar los inmensos subsidios actuales a la gasolina y a otros combustibles?

La verdad es que no hay respuesta por parte del gobierno venezolano a estos interrogantes, ni la puede haber. Los burócratas del gobierno venezolano, con Hugo Chávez a la cabeza, parten del supuesto que no existe limitación de recursos, ni que hay la necesidad de priorizarlos. Muchos venezolanos del común, incluidos la mayor parte de los sindicalistas, son de la misma idea.

Pero estamos en el planeta Tierra. La actual situación financiera de la vaca lechera a duras penas da para cubrir el día a día. Incluso, pareciera que no hay dinero para cancelar las obligaciones más apremiantes, como son las de sus proveedores. Tampoco para girarle a Cuba y a otros países del ALBA. Ni mucho menos para seguirle comprando bonos soberanos a la incumplida Argentina. Escasea el billete aún para las “misiones”.

Lo anterior ha llevado a despertar una gran curiosidad por conocer qué empresas se comprometerán como socios de la vaca lechera en los grandes proyectos que se anuncian. ¿Los rusos? ¿Los bielorrusos? ¿Los chinos? ¿Total de Francia? ¿Repsol de España? ¿Los vietnamitas? ¿Los iraníes? ¿Chevron, la del imperio? El problema no es que los proyectos no sean llamativos. El tema de fondo es que PDVSA no es actualmente una empresa seria en su manejo financiero y en el cumplimiento de sus obligaciones. Está sobre comprometida y ha perdido credibilidad como socio para proyectos costosos y de alta complejidad tecnológica.  

Sin embargo, dicen los que saben que el petróleo da para todo. Y que el horizonte de tiempo de los proyectos petroleros trasciende el de los períodos presidenciales, así estos sean de larga duración. Y que hay que estar donde están las reservas de petróleo. Pero, ¿y si PDVSA incumple con sus aportes de capital? Más aún, ¿qué tipo de arbitramento se establecerá para solucionar posibles conflictos de intereses con un gobierno impredecible como el de Hugo Chávez? Preguntas estas difíciles de responder y que aumentan en forma considerable el riesgo de la inversión.