En lugar de desfilar con sus uniformes originales de soldados, lo hicieron disfrazados de rojitos.
El desfile fue para celebrar el bicentenario de la Independencia de Venezuela. A Simón Bolívar lo presentaron como el precursor del ramplón socialismo que está destruyendo a Venezuela. Y a Chávez lo presentaron como el sucesor directo de Bolívar.
Durante el desfile se escucharon por los parlantes toda clase de arengas contra el imperio (léase Estados Unidos). Arengas con el mensaje de que esos soldaditos rojitos defenderían con ardor a Venezuela ante un “inminente” ataque de Estados Unidos. (De seguro en el Pentágono deben de estar temblando no de susto, pero si de risa).
Dicho sea de paso, esos soldaditos, que nunca han estado en un verdadero combate, fueron acompañados en el desfile por unos empleados de PDVSA y Sidor, pasados de kilos todos ellos. Se ve que se alimentan bien sin trabajar mayormente. Fue una muestra de la avanzada obrera del paraíso socialista que Chávez está implantando en Venezuela en contra de los deseos del imperio.
Al lado del “sucesor” de Bolívar estaban otros presidentes simpatizantes encabezados por Raúl Castro, Cristina Fernández de Kirchner y Daniel Ortega. Sin contar a Castro, todos los demás esperanzados en hacerse a las migajas que le quedaron a la olla del fisco venezolano después de las recientes visitas de Vladimir Putin y del dictador de Bielorrusia (cuyo nombre es irrelevante).
¿Y Raúl Castro? Ese vino en calidad de dueño de Venezuela y de jefe del “sucesor” de Bolívar. De seguro, además, vino a impartir órdenes para que le giraran el faltante de los US$5.000 millones anuales que recibe la Isla como reconocimiento por el dominio que allí ejerce y por amaestrar a los militares venezolanos. Entre otras, hay muchos venezolanos que todavía no perciben que Castro es el virrey de su país. ¿En qué colonia creen que viven?
En fin, así de surrealista fue el desfile. Chávez quedó feliz porque Raúl Castro lo felicitó y le dijo que le contaría a su hermano Fidel cómo lucían de lindos los soldaditos venezolanos con uniformes rojitos y muy especialmente, con esas cintas, guantes y botas rojitas con las que se adornaron. Indudablemente los militares cubanos se entusiasmarán con estas noticias acerca de la nueva vestimenta de los dóciles militares venezolanos.
Durante el desfile se escucharon por los parlantes toda clase de arengas contra el imperio (léase Estados Unidos). Arengas con el mensaje de que esos soldaditos rojitos defenderían con ardor a Venezuela ante un “inminente” ataque de Estados Unidos. (De seguro en el Pentágono deben de estar temblando no de susto, pero si de risa).
Dicho sea de paso, esos soldaditos, que nunca han estado en un verdadero combate, fueron acompañados en el desfile por unos empleados de PDVSA y Sidor, pasados de kilos todos ellos. Se ve que se alimentan bien sin trabajar mayormente. Fue una muestra de la avanzada obrera del paraíso socialista que Chávez está implantando en Venezuela en contra de los deseos del imperio.
Al lado del “sucesor” de Bolívar estaban otros presidentes simpatizantes encabezados por Raúl Castro, Cristina Fernández de Kirchner y Daniel Ortega. Sin contar a Castro, todos los demás esperanzados en hacerse a las migajas que le quedaron a la olla del fisco venezolano después de las recientes visitas de Vladimir Putin y del dictador de Bielorrusia (cuyo nombre es irrelevante).
¿Y Raúl Castro? Ese vino en calidad de dueño de Venezuela y de jefe del “sucesor” de Bolívar. De seguro, además, vino a impartir órdenes para que le giraran el faltante de los US$5.000 millones anuales que recibe la Isla como reconocimiento por el dominio que allí ejerce y por amaestrar a los militares venezolanos. Entre otras, hay muchos venezolanos que todavía no perciben que Castro es el virrey de su país. ¿En qué colonia creen que viven?
En fin, así de surrealista fue el desfile. Chávez quedó feliz porque Raúl Castro lo felicitó y le dijo que le contaría a su hermano Fidel cómo lucían de lindos los soldaditos venezolanos con uniformes rojitos y muy especialmente, con esas cintas, guantes y botas rojitas con las que se adornaron. Indudablemente los militares cubanos se entusiasmarán con estas noticias acerca de la nueva vestimenta de los dóciles militares venezolanos.