El bilingüismo es inexistente en Colombia. Son mínimos los esfuerzos de las distintas instancias del gobierno y del sector empresarial para introducirlo en forma sistemática.
Mucho verbo y poca acción en esta área. Mucho saludo a la bandera en temas como la globalización, la apertura comercial, la competitividad, el turismo y la introducción de la ciencia y la tecnología, pero en medio de una incoherencia en relación con los esfuerzos que se necesitan para garantizar resultados en todos esos frentes.
Una investigación reciente del Centro de Estudios Regionales del Banco de la República pone el dedo en la llaga acerca de lo dramático de la situación. Fue elaborada por Andrés Sánchez Jabba con el título de “Bilingüismo en Colombia” (agosto de 2013). Allí se concluye que Colombia tiene un nivel de inglés particularmente bajo, muy inferior al de otros países latinoamericanos.
Por ejemplo, en el desempeño en el examen TOEFL solo superamos a Haití, Ecuador y Cuba. Otro indicador, el English Proficiency Index (EPI) identifica el nivel de inglés de Colombia como “muy bajo” y la coloca en una posición inferior al de la gran mayoría de los países de la región. A su vez, los resultados asociados con el desempeño de los estudiante en la prueba de inglés de los exámenes de Estado confirman estos bajísimos niveles.
El 91% de los bachilleres no sobrepasa el nivel correspondiente al de un usuario con conocimientos súper mínimos. En el caso de los graduados de universidad ese porcentaje es un 77%. Que mas o menos dominan el inglés, solamente un 2,4% de los bachilleres y un 6,1% de quienes obtienen título universitario.
Como si lo anterior fuera poco, tres cuartas partes de los docentes de inglés están lejos de poseer el nivel mínimo esperado para la enseñanza de este idioma. Sobre este vital tema Sánchez Jabba concluye: “No son sorprendentes los resultados obtenidos por los estudiantes, ya que la calidad de los docentes tiene una incidencia significativa sobre su rendimiento académico. El déficit cualitativo en la oferta de docentes de inglés se evidencia desde su paso por los estudios superiores y el bachillerato, puesto que los estudiantes del programa de licenciatura en inglés no presenta el desempeño esperado… Esta situación indica que los bachilleres con un nivel de inglés comparativamente alto no ingresan a los programas de licenciatura de inglés… Lo anterior se debe a que esta profesión es poco atractiva desde el punto de vista económico”.
Pero mas grave aún, los progresos en los últimos años han sido muy escasos en la educación privada y nulos en la educación pública. Es claro que debe haber un replanteamiento que tenga en cuenta las experiencias mas exitosas en otros países. Sin duda se trata de un esfuerzo cuyos resultados solo se verían a largo plazo (razón por la cual no atrae a los políticos) pero que debería ser objeto de una inmediata prioridad nacional si lo que se busca es eventualmente subsanar el atraso y la desventaja en la que se encuentra Colombia frente a países de similar grado de desarrollo económico.
Una investigación reciente del Centro de Estudios Regionales del Banco de la República pone el dedo en la llaga acerca de lo dramático de la situación. Fue elaborada por Andrés Sánchez Jabba con el título de “Bilingüismo en Colombia” (agosto de 2013). Allí se concluye que Colombia tiene un nivel de inglés particularmente bajo, muy inferior al de otros países latinoamericanos.
Por ejemplo, en el desempeño en el examen TOEFL solo superamos a Haití, Ecuador y Cuba. Otro indicador, el English Proficiency Index (EPI) identifica el nivel de inglés de Colombia como “muy bajo” y la coloca en una posición inferior al de la gran mayoría de los países de la región. A su vez, los resultados asociados con el desempeño de los estudiante en la prueba de inglés de los exámenes de Estado confirman estos bajísimos niveles.
El 91% de los bachilleres no sobrepasa el nivel correspondiente al de un usuario con conocimientos súper mínimos. En el caso de los graduados de universidad ese porcentaje es un 77%. Que mas o menos dominan el inglés, solamente un 2,4% de los bachilleres y un 6,1% de quienes obtienen título universitario.
Como si lo anterior fuera poco, tres cuartas partes de los docentes de inglés están lejos de poseer el nivel mínimo esperado para la enseñanza de este idioma. Sobre este vital tema Sánchez Jabba concluye: “No son sorprendentes los resultados obtenidos por los estudiantes, ya que la calidad de los docentes tiene una incidencia significativa sobre su rendimiento académico. El déficit cualitativo en la oferta de docentes de inglés se evidencia desde su paso por los estudios superiores y el bachillerato, puesto que los estudiantes del programa de licenciatura en inglés no presenta el desempeño esperado… Esta situación indica que los bachilleres con un nivel de inglés comparativamente alto no ingresan a los programas de licenciatura de inglés… Lo anterior se debe a que esta profesión es poco atractiva desde el punto de vista económico”.
Pero mas grave aún, los progresos en los últimos años han sido muy escasos en la educación privada y nulos en la educación pública. Es claro que debe haber un replanteamiento que tenga en cuenta las experiencias mas exitosas en otros países. Sin duda se trata de un esfuerzo cuyos resultados solo se verían a largo plazo (razón por la cual no atrae a los políticos) pero que debería ser objeto de una inmediata prioridad nacional si lo que se busca es eventualmente subsanar el atraso y la desventaja en la que se encuentra Colombia frente a países de similar grado de desarrollo económico.