Solo contradicciones y mentiras en las noticias sobre la enfermedad de Hugo Chávez. El régimen ha tratado a la opinión pública venezolana e internacional como si estuviera conformada por retrasados mentales.
Múltiples han sido las mentiras desde que se supo de la enfermedad del Presidente de Venezuela. Primero se intentó negar que era cáncer. Luego cuando se hizo evidente que era cáncer se dijo que era un cáncer tratable sin peligro de muerte. Posteriormente se informó a los cuatro vientos que las operaciones y tratamiento a que se sometió el paciente habían producido el milagro de curarlo completamente (el propio personaje se ufanó en repetidas ocasiones sobre el particular).
Mientras sucedía todo lo anterior, Chávez lucía muy enfermo y desaparecía por días misteriosamente de la escena. Los rumores iban y venían. Pero todos los voceros del régimen y Chávez mismo burlándose de los rumores como si se trataran de inventos de sus enemigos políticos.
Y de pronto, nuevo viaje a Cuba. De noche y a escondidas, sin avisarle a la Asamblea Nacional como correspondía. Pero se supo. Negación por parte de los más altos voceros del régimen de que se trataba de un viaje por motivos de salud. Pero difícil ocultar el sol con las manos. A las pocas horas Chávez desvirtuó por completo lo dicho por sus funcionarios y reconoció que fue a la Isla a hacerse un nuevo examen médico.
¿El resultado del examen? Una inocente bolita de dos centímetros que había que extraer. Pero nada que ver con la metástasis de un cáncer que está lejos de haber sido curado. Nuevo viaje a Cuba para otra operación (la tercera en menos de un año). Y un ridículo “parte médico” del Vicepresidente Elías Jaua ante la Asamblea Nacional diciendo que la operación fue un éxito.
¿Un éxito? La comunidad médica seria es poco dada a analizar cuando no se tiene información completa. Y Chávez se ha encargado de proporcionar solo información parcial con el claro propósito de confundir a los medios de comunicación y a la opinión pública en general. Perdió el control sobre la evolución de su enfermedad, pero quiere mantener un absoluto control sobre la información que se filtra al respecto.
Pero bueno volviendo al tema de la tercera operación, el consenso entre los médicos serios que se han atrevido a opinar, y entre algunos cercanos al paciente, es que se trata de una pésima noticia, que muy probablemente su salud ha empeorado, y que estaría próximo un doloroso final.
Muchos partidarios de Chávez siguen en estado de negación. Se acostumbraron a verlo inflado y en mal estado de salud. Se indignan cuando alguien dice la verdad. Creen que decir la verdad es desearle el mal al paciente. Decir la verdad en relación con la salud de un primer mandatario que está en proceso de lanzarse a una campaña presidencial en busca de una reelección de seis años no tiene nada que ver con desearle el mal.
Los venezolanos están en todo su derecho de conocer la verdad sobre este espinoso asunto. Y mas aun antes de dar su voto en las elecciones del 7 de octubre. ¿Cuál es la expectativa de vida del Presidente? ¿Estará en condiciones de ejercer las exigentes funciones de primer mandatario? ¿Cómo afectan sus capacidades mentales tratamientos médicos cada vez fuertes dirigidos a retardar lo que parece ser un progresivo deterioro físico?
Lo más seguro es que ninguno de estos legítimos interrogantes sean respondidos por Chávez y sus funcionarios. Pero, ¿cómo seguir tapando el sol con las manos? Que farsa la que se desarrolla actualmente en Venezuela con un Presidente que públicamente niega lo innegable y que utiliza toda clase de burdos shows y disfraces para esconder su trágica realidad.
(Advertencia: lanota.com sólo utiliza este nombre. No tiene relación alguna con portales o empresas que emplean la palabra lanota en otras combinaciones de nombres).
Mientras sucedía todo lo anterior, Chávez lucía muy enfermo y desaparecía por días misteriosamente de la escena. Los rumores iban y venían. Pero todos los voceros del régimen y Chávez mismo burlándose de los rumores como si se trataran de inventos de sus enemigos políticos.
Y de pronto, nuevo viaje a Cuba. De noche y a escondidas, sin avisarle a la Asamblea Nacional como correspondía. Pero se supo. Negación por parte de los más altos voceros del régimen de que se trataba de un viaje por motivos de salud. Pero difícil ocultar el sol con las manos. A las pocas horas Chávez desvirtuó por completo lo dicho por sus funcionarios y reconoció que fue a la Isla a hacerse un nuevo examen médico.
¿El resultado del examen? Una inocente bolita de dos centímetros que había que extraer. Pero nada que ver con la metástasis de un cáncer que está lejos de haber sido curado. Nuevo viaje a Cuba para otra operación (la tercera en menos de un año). Y un ridículo “parte médico” del Vicepresidente Elías Jaua ante la Asamblea Nacional diciendo que la operación fue un éxito.
¿Un éxito? La comunidad médica seria es poco dada a analizar cuando no se tiene información completa. Y Chávez se ha encargado de proporcionar solo información parcial con el claro propósito de confundir a los medios de comunicación y a la opinión pública en general. Perdió el control sobre la evolución de su enfermedad, pero quiere mantener un absoluto control sobre la información que se filtra al respecto.
Pero bueno volviendo al tema de la tercera operación, el consenso entre los médicos serios que se han atrevido a opinar, y entre algunos cercanos al paciente, es que se trata de una pésima noticia, que muy probablemente su salud ha empeorado, y que estaría próximo un doloroso final.
Muchos partidarios de Chávez siguen en estado de negación. Se acostumbraron a verlo inflado y en mal estado de salud. Se indignan cuando alguien dice la verdad. Creen que decir la verdad es desearle el mal al paciente. Decir la verdad en relación con la salud de un primer mandatario que está en proceso de lanzarse a una campaña presidencial en busca de una reelección de seis años no tiene nada que ver con desearle el mal.
Los venezolanos están en todo su derecho de conocer la verdad sobre este espinoso asunto. Y mas aun antes de dar su voto en las elecciones del 7 de octubre. ¿Cuál es la expectativa de vida del Presidente? ¿Estará en condiciones de ejercer las exigentes funciones de primer mandatario? ¿Cómo afectan sus capacidades mentales tratamientos médicos cada vez fuertes dirigidos a retardar lo que parece ser un progresivo deterioro físico?
Lo más seguro es que ninguno de estos legítimos interrogantes sean respondidos por Chávez y sus funcionarios. Pero, ¿cómo seguir tapando el sol con las manos? Que farsa la que se desarrolla actualmente en Venezuela con un Presidente que públicamente niega lo innegable y que utiliza toda clase de burdos shows y disfraces para esconder su trágica realidad.
(Advertencia: lanota.com sólo utiliza este nombre. No tiene relación alguna con portales o empresas que emplean la palabra lanota en otras combinaciones de nombres).