Contrario a la opinión de los pesimistas y de políticos mal informados, la pobreza mundial está despareciendo rápidamente.
El estudio “Parametric Estimations of the World Distribution of Income” realizado por los profesores de economía Maxim Pinkovskiy de MIT y por Xavier Sala-i-Martin de Columbia University, concluye que la pobreza extrema está desapareciendo del mundo más rápido de lo que se creía. De 1970 a 2006, esa pobreza cayó 86% en el Sureste Asiático, 73% en América Latina, 39% en el Medio Oriente y 20% en África.
En ese lapso, el porcentaje de la población mundial viviendo con menos de un dólar diario (dólar PPP de 2000) descendió de 26,8% en 1970 a 5,4% en 2006. Esto ha sucedido a pesar de que la población mundial aumentó 80%. O sea que no obstante el incremento en la población, se ha presentado una disminución de las personas en pobreza extrema de 967 millones en 1970 a 350 millones en 2006.
El estudio también concluye que la igualdad mundial mejoró. Estos resultados coinciden, más o menos, con los de otros estudios como los realizados por el Banco Mundial, y contradicen los clichés que se le escuchan a políticos y académicos irresponsables.
En líneas generales, quienes analicen sin prejuicios (sin cucarachas en el cerebro) la evolución de las cifras económicas y sociales de los últimos 50 años, y se percaten acerca de los innumerables adelantos tecnológicos y científicos que se han dado en estas últimas décadas, no pueden menos que afirmar rotundamente que “todo tiempo pasado fue peor”.
En ese lapso, el porcentaje de la población mundial viviendo con menos de un dólar diario (dólar PPP de 2000) descendió de 26,8% en 1970 a 5,4% en 2006. Esto ha sucedido a pesar de que la población mundial aumentó 80%. O sea que no obstante el incremento en la población, se ha presentado una disminución de las personas en pobreza extrema de 967 millones en 1970 a 350 millones en 2006.
El estudio también concluye que la igualdad mundial mejoró. Estos resultados coinciden, más o menos, con los de otros estudios como los realizados por el Banco Mundial, y contradicen los clichés que se le escuchan a políticos y académicos irresponsables.
En líneas generales, quienes analicen sin prejuicios (sin cucarachas en el cerebro) la evolución de las cifras económicas y sociales de los últimos 50 años, y se percaten acerca de los innumerables adelantos tecnológicos y científicos que se han dado en estas últimas décadas, no pueden menos que afirmar rotundamente que “todo tiempo pasado fue peor”.