Y la de muchos estadoudinenses. No son capaces de manejar su propio país y le dan órdenes a gobiernos extranjeros sobre cómo deben administrar los de ellos.
En el caso de la revuelta de Egipto, Barack Obama le ordenó a Hosni Mubarack que “la violencia debe parar inmediatamente”. No señaló a qué tipo de violencia se refería, por cuanto ella no ha sido la exclusividad de un solo bando. Múltiples robos, saqueos y violaciones se han presentado por cuenta de los revoltosos.
Luego Robert Gibbs el secretario de prensa de Obama dijo en una rueda de prensa que la transición del gobierno de Mubarack a otro tipo de gobierno (no especificó cuál) debería “producirse de inmediato”. Y concluyó “ahora es ahora”.
Va a ser interesante observar la reacción de los actuales gobernantes egipcios a esta especie de ultimátum de la Casa Blanca. Su prioridad actualmente es la de evitar que su país caiga en la anarquía y lo están logrando no obstante lo que comunican los medios. Egipto está volviendo a la normalidad poco a poco. Mubarack ya hizo unas concesiones y no parece dispuesto a ir tan lejos como se lo solicita Obama.
La actitud de Obama frente a Egipto, un fiel aliado de Estados Unidos, contrasta con su reacción cuando las revueltas en Irán hace unos meses. En esa ocasión Obama declaró que su gobierno no se involucraba puesto que la represión que ahí se estaba dando era asunto interno de ese país. Un país que, entre otras, es enemigo declarado de Estados Unidos.
Hoy en día es altamente peligroso ser amigo de Estados Unidos. Es mejor mantener distancia. Se trata de un país con un gobierno arruinado y con un Presidente desprestigiado internamente, pero que anda en la búsqueda de protagonismo internacional pensando que eso le agrega puntos en las encuestas.
Es dudoso que Obama logre ejercer internacionalmente el liderazgo que no tiene en su país. Egipto no es su país, ni es propiamente una colonia. De manera que lo más seguro es que los gobernantes egipcios terminen por archivar las humillantes órdenes que públicamente están recibiendo del arrogante Obama.
Luego Robert Gibbs el secretario de prensa de Obama dijo en una rueda de prensa que la transición del gobierno de Mubarack a otro tipo de gobierno (no especificó cuál) debería “producirse de inmediato”. Y concluyó “ahora es ahora”.
Va a ser interesante observar la reacción de los actuales gobernantes egipcios a esta especie de ultimátum de la Casa Blanca. Su prioridad actualmente es la de evitar que su país caiga en la anarquía y lo están logrando no obstante lo que comunican los medios. Egipto está volviendo a la normalidad poco a poco. Mubarack ya hizo unas concesiones y no parece dispuesto a ir tan lejos como se lo solicita Obama.
La actitud de Obama frente a Egipto, un fiel aliado de Estados Unidos, contrasta con su reacción cuando las revueltas en Irán hace unos meses. En esa ocasión Obama declaró que su gobierno no se involucraba puesto que la represión que ahí se estaba dando era asunto interno de ese país. Un país que, entre otras, es enemigo declarado de Estados Unidos.
Hoy en día es altamente peligroso ser amigo de Estados Unidos. Es mejor mantener distancia. Se trata de un país con un gobierno arruinado y con un Presidente desprestigiado internamente, pero que anda en la búsqueda de protagonismo internacional pensando que eso le agrega puntos en las encuestas.
Es dudoso que Obama logre ejercer internacionalmente el liderazgo que no tiene en su país. Egipto no es su país, ni es propiamente una colonia. De manera que lo más seguro es que los gobernantes egipcios terminen por archivar las humillantes órdenes que públicamente están recibiendo del arrogante Obama.