El exceso de liquidez y las políticas monetarias permisivas conducen a unas burbujas absurdas. Lo que sucedió en el mercado hipotecario de España supera todos los récords.
Según lo indica el analista Robert Samuelson, en el pico de la burbuja, o sea en 2006, se construyeron en España 800.000 viviendas, más que la suma de las que se construyeron en Alemania, Francia, Italia y el Reino Unido. En ese momento los trabajadores de la construcción representaban uno de cada ocho empleos. En plena burbuja hipotecaria de Estados Unidos esta relación era uno de cada 18 empleos. A pesar del gran aumento de la oferta, los precios de las viviendas en España se doblaron en términos reales entre 1995 y 2006.
El hecho cierto es que en abril de 2012, después del estallido de la burbuja, quedó una resaca representada en una cartera hipotecaria valorada en US$876.000 millones, o sea aproximadamente 62% del PIB. Para dar una idea de su magnitud relativa basta decir que en Colombia la cartera hipotecaria era 2,5% del PIB al finalizar 2011, y en los peores momentos de la última burbuja hipotecaria por la que atravesó el país suramericano, o sea en 2001, era 5,4% del PIB.
Actualmente hay en España 1.9 millones de viviendas para la venta y se estima que otras 3.9 millones saldrán al mercado en los próximos años. Pero la demanda efectiva es de solamente 175.000 unidades anuales. Así las cosas, los precios, que han caído 25% en los últimos dos años, amenazan con desplomarse en por lo menos un 50% adicional, antes de que empiece a estabilizarse nuevamente el mercado.
En otras palabras, la crisis hipotecaria española apenas está en sus inicios y será un factor que pesará muy negativamente sobre el futuro desempeño económico del país. Pero ahí no para el tema. La cartera morosa hipotecaria no ha sido sincerada en las cuentas del sistema financiero español y extranjero. Su magnitud es de tal envergadura que constituye un gran talón de Aquiles para los grandes bancos españoles y un duro golpe para inversionistas compradores de títulos respaldados por hipotecas españolas (un mercado que se estima es de aproximadamente US$100.000 millones).
Dado que el gobierno español no dispone de mucho margen para rescatar a su sector financiero por sus altos déficit y por el fuerte ajuste fiscal en que se encuentra comprometido, se habla de que la crisis hipotecaria podría llevar eventualmente a un rescate al estilo del de Irlanda. En ese país sus bancos colapsaron cuando estalló una burbuja hipotecaria en 2008 y su gobierno tuvo que aceptar un rescate superior a US$100.000 millones de la Unión Europea y del Fondo Monetario Internacional.
Pero Irlanda es un país pequeño. El rescate español sería por lo menos tres veces el de Irlanda. En realidad, ni las instituciones financieras de la Unión Europea ni el Fondo Monetario internacional (FMI) están preparados para rescates del tamaño del que demandaría España. Y por ahora el gobierno de Mariano Rajoy ha negado en repetidas ocasiones que haya siquiera pensado en esta alternativa. Sin embargo, entre mas se analiza la profundidad de la crisis hipotecaria española, mayores son los temores sobre lo inevitable que sería un gran rescate.
(Advertencia: lanota.com sólo utiliza este nombre. No tiene relación alguna con portales o empresas que emplean la palabra lanota en otras combinaciones de nombres).
El hecho cierto es que en abril de 2012, después del estallido de la burbuja, quedó una resaca representada en una cartera hipotecaria valorada en US$876.000 millones, o sea aproximadamente 62% del PIB. Para dar una idea de su magnitud relativa basta decir que en Colombia la cartera hipotecaria era 2,5% del PIB al finalizar 2011, y en los peores momentos de la última burbuja hipotecaria por la que atravesó el país suramericano, o sea en 2001, era 5,4% del PIB.
Actualmente hay en España 1.9 millones de viviendas para la venta y se estima que otras 3.9 millones saldrán al mercado en los próximos años. Pero la demanda efectiva es de solamente 175.000 unidades anuales. Así las cosas, los precios, que han caído 25% en los últimos dos años, amenazan con desplomarse en por lo menos un 50% adicional, antes de que empiece a estabilizarse nuevamente el mercado.
En otras palabras, la crisis hipotecaria española apenas está en sus inicios y será un factor que pesará muy negativamente sobre el futuro desempeño económico del país. Pero ahí no para el tema. La cartera morosa hipotecaria no ha sido sincerada en las cuentas del sistema financiero español y extranjero. Su magnitud es de tal envergadura que constituye un gran talón de Aquiles para los grandes bancos españoles y un duro golpe para inversionistas compradores de títulos respaldados por hipotecas españolas (un mercado que se estima es de aproximadamente US$100.000 millones).
Dado que el gobierno español no dispone de mucho margen para rescatar a su sector financiero por sus altos déficit y por el fuerte ajuste fiscal en que se encuentra comprometido, se habla de que la crisis hipotecaria podría llevar eventualmente a un rescate al estilo del de Irlanda. En ese país sus bancos colapsaron cuando estalló una burbuja hipotecaria en 2008 y su gobierno tuvo que aceptar un rescate superior a US$100.000 millones de la Unión Europea y del Fondo Monetario Internacional.
Pero Irlanda es un país pequeño. El rescate español sería por lo menos tres veces el de Irlanda. En realidad, ni las instituciones financieras de la Unión Europea ni el Fondo Monetario internacional (FMI) están preparados para rescates del tamaño del que demandaría España. Y por ahora el gobierno de Mariano Rajoy ha negado en repetidas ocasiones que haya siquiera pensado en esta alternativa. Sin embargo, entre mas se analiza la profundidad de la crisis hipotecaria española, mayores son los temores sobre lo inevitable que sería un gran rescate.
(Advertencia: lanota.com sólo utiliza este nombre. No tiene relación alguna con portales o empresas que emplean la palabra lanota en otras combinaciones de nombres).