En julio de 2010, los inicios de obra y los permisos para construir vivienda aumentaron menos de lo proyectado por los analistas.

 

En Estados Unidos, la recesión en la edificación urbana no da tregua. Son crecientes los inventarios de vivienda para la venta y el poder de compra de la población se ha visto negativamente afectado por un alto desempleo que tampoco da tregua.

El final de los incentivos tributarios del gobierno federal fue un duro golpe para la actividad edificadora, no obstante las reducidas tasas de interés en los préstamos hipotecarios.

 

El sentimiento de los constructores sobre su negocio cayó a su nivel más bajo desde marzo de 2009, según el índice elaborado por el National Association of Realtors y Wells Fargo.

Para rematar, la Federal Reserve salió con el cuento de que “en los meses recientes se ha desacelerado el ritmo de la recuperación en la producción y el empleo”. Por lo que lo más probable es que “la recuperación económica termine resultando más modesta de lo inicialmente anticipado.”