La deuda de Venezuela con la Zona Libre de Colón (ZLC) no es de US$1.400 millones sino de US$500 millones. La diferencia es parte del fraude fragüado entre funcionarios del gobierno de Maduro y “empresarios” de ese país.
Tanto Nicolás Maduro como su canciller Elías Jaua habían sido informados por la ZLC desde octubre de 2014 que había cerca de US$900 millones del supuesto total de la deuda que no contaba con respaldo alguno en operaciones comerciales con Panamá. Fueron transacciones de “yo venezolano para yo venezolano” dirigidas a obtener dólares a la absurda tasa preferencial de 6.30 bolívares por dólar.
Es decir, unas operaciones internas entre venezolanos, incluidos altos funcionares públicos, con las que pretendían, tal como lo han hecho en el pasado, justificar la adquisición de dólares baratos con unos falsos registros de transacciones comerciales con la ZLC.
No solamente Maduro no ha investigado este “milagroso” registro en Cadivi de US$900 millones, y muchos otros semejantes con otros países, sino que ha salido a insultar a Panamá y a su Presidente Ricardo Martinelli como si el problema fuera allá y no en Venezuela. Típico de un gobierno comunista mentir descaradamente cuando se está contra la pared. Crear cortinas de humo para desviar la atención hacía donde no está el quid del asunto.
De los US$500 millones restantes, el gobierno de Maduro ya dio los primeros pasos para robárselos. Casi todo ese dinero estaba representado en las mercancías que el gobierno venezolano resolvió feriar antes de las elecciones regionales de diciembre. En ese momento, inducidos por Maduro, hordas de venezolanos se hicieron a las mercancías provenientes de la ZLC a unos precios inferiores a los costos incurridos por los comerciantes.
Es a estos comerciantes venezolanos, que fueron duramente golpeados por esa especie de saqueo, que el gobierno no les ha asignado las correspondientes divisas a la tasa de cambio preferencial con la que se comprometió hacerlo. Dada la escasez crónica de divisas, así como la desfachatez y falta de seriedad de Maduro y sus funcionarios, no son buenos los augurios de que ello suceda y por lo tanto, de que les sea cancelada a los comerciantes de la ZLC la deuda que legítimamente se les debe.
Es decir, unas operaciones internas entre venezolanos, incluidos altos funcionares públicos, con las que pretendían, tal como lo han hecho en el pasado, justificar la adquisición de dólares baratos con unos falsos registros de transacciones comerciales con la ZLC.
No solamente Maduro no ha investigado este “milagroso” registro en Cadivi de US$900 millones, y muchos otros semejantes con otros países, sino que ha salido a insultar a Panamá y a su Presidente Ricardo Martinelli como si el problema fuera allá y no en Venezuela. Típico de un gobierno comunista mentir descaradamente cuando se está contra la pared. Crear cortinas de humo para desviar la atención hacía donde no está el quid del asunto.
De los US$500 millones restantes, el gobierno de Maduro ya dio los primeros pasos para robárselos. Casi todo ese dinero estaba representado en las mercancías que el gobierno venezolano resolvió feriar antes de las elecciones regionales de diciembre. En ese momento, inducidos por Maduro, hordas de venezolanos se hicieron a las mercancías provenientes de la ZLC a unos precios inferiores a los costos incurridos por los comerciantes.
Es a estos comerciantes venezolanos, que fueron duramente golpeados por esa especie de saqueo, que el gobierno no les ha asignado las correspondientes divisas a la tasa de cambio preferencial con la que se comprometió hacerlo. Dada la escasez crónica de divisas, así como la desfachatez y falta de seriedad de Maduro y sus funcionarios, no son buenos los augurios de que ello suceda y por lo tanto, de que les sea cancelada a los comerciantes de la ZLC la deuda que legítimamente se les debe.