¿Cuál austeridad? El endeudamiento global del planeta es hoy en día bastante superior al que era cuando estalló la crisis de 2008-2009.
El columnista Allister Heath del Daily Telegraph, con base en datos del la firma consultora McKinsey, señala que desde finales de 2007 el endeudamiento global ha aumentado en US$57.000.000 millones, o sea el equivalente a 17% del PIB global. Ese endeudamiento ha pasado de 246% del PIB global en 2000, a 269% del PIB global en 2007, y a 286% del PIB global en 2014 (“Instead of paying down its debts, the world’s gone on another credit binge”, febrero 5 de 2015).
Según McKinsey, la deuda global total que abarca a gobiernos, empresas y hogares, está actualmente en un pico que supera los niveles críticos a los que se llegó justo antes de la crisis de la deuda que desembocó en la Gran Recesión de 2008-2009. El crecimiento anual de la deuda global fue de 7,3% entre 2000 y 2007, y continuó aumentando a una para nada despreciable tasa anual de 5,3% entre 2007 y 2014.
Todas las deudas sin excepción han crecido en estos últimos siete años. La de los hogares a una tasa anual de 2,8%, la de sector financiero a una tasa anual de 2,9%, y la corporativa a una tasa anual de 5,9%. Y ¿adivinen qué? La de los gobiernos, esos paquidermos insaciables e incorregibles, a una tasa anual de 9,3% (muy por encima a la del aumento del PIB).
Entonces, ¿de qué “austeridad” estamos hablando? Y sobretodo, ¿de cuál “austeridad” es de la que se quejan los partidos políticos socialistas del planeta que no se cansan en proponer mas y mas gasto público como la panacea para resolver todos los problemas que aquejan a la humanidad?
Pero además, es en las economías desarrolladas, es en los 22 países mas ricos del planeta, es en donde las tributaciones son mas altas, que el aumento del endeudamiento ha sido superior. En algunos de estos países, mas de 50% de aumento en la deuda. Ciertamente se trata de una trayectoria insostenible, con electorados que no quiere entender que sus niveles de vida no se pueden garantizar a base de mas gasto y deuda pública.
Ya se sabe acerca de las consecuencias de una deuda excesiva. Le quita margen de respuesta a las unidades económicas en situaciones de crisis. Lleva a entornos caracterizados por unas altas tributaciones y por reducciones en los excedentes que se destinan a financiar inversiones y oportunidades de crecimiento económico a futuro. El pago del servicio de las deudas se convierte en una pesada carga que termina por afectar el dinamismo de las economías.
No ha habido “ajuste” en el gasto público y privado digno de consideración en estos últimos años. Y el planeta está hoy en día mas expuesto que en 2008 al estallido de una crisis financiera de grandes proporciones, especialmente por la irresponsabilidad fiscal de los gobiernos de los países mas avanzados del planeta.
Según McKinsey, la deuda global total que abarca a gobiernos, empresas y hogares, está actualmente en un pico que supera los niveles críticos a los que se llegó justo antes de la crisis de la deuda que desembocó en la Gran Recesión de 2008-2009. El crecimiento anual de la deuda global fue de 7,3% entre 2000 y 2007, y continuó aumentando a una para nada despreciable tasa anual de 5,3% entre 2007 y 2014.
Todas las deudas sin excepción han crecido en estos últimos siete años. La de los hogares a una tasa anual de 2,8%, la de sector financiero a una tasa anual de 2,9%, y la corporativa a una tasa anual de 5,9%. Y ¿adivinen qué? La de los gobiernos, esos paquidermos insaciables e incorregibles, a una tasa anual de 9,3% (muy por encima a la del aumento del PIB).
Entonces, ¿de qué “austeridad” estamos hablando? Y sobretodo, ¿de cuál “austeridad” es de la que se quejan los partidos políticos socialistas del planeta que no se cansan en proponer mas y mas gasto público como la panacea para resolver todos los problemas que aquejan a la humanidad?
Pero además, es en las economías desarrolladas, es en los 22 países mas ricos del planeta, es en donde las tributaciones son mas altas, que el aumento del endeudamiento ha sido superior. En algunos de estos países, mas de 50% de aumento en la deuda. Ciertamente se trata de una trayectoria insostenible, con electorados que no quiere entender que sus niveles de vida no se pueden garantizar a base de mas gasto y deuda pública.
Ya se sabe acerca de las consecuencias de una deuda excesiva. Le quita margen de respuesta a las unidades económicas en situaciones de crisis. Lleva a entornos caracterizados por unas altas tributaciones y por reducciones en los excedentes que se destinan a financiar inversiones y oportunidades de crecimiento económico a futuro. El pago del servicio de las deudas se convierte en una pesada carga que termina por afectar el dinamismo de las economías.
No ha habido “ajuste” en el gasto público y privado digno de consideración en estos últimos años. Y el planeta está hoy en día mas expuesto que en 2008 al estallido de una crisis financiera de grandes proporciones, especialmente por la irresponsabilidad fiscal de los gobiernos de los países mas avanzados del planeta.