En Colombia le dicen “niñas” a mujeres que tienen mayoría de edad. Eso se presta a toda clase de equívocos y distorsiones.
Allí, “niñas” son las que tienen 18 años, 20 años, 25 años y hasta 30 años. No importa que a los 18 años las “niñas” ya sean reconocidas como mayores de edad. Y la verdad es que una persona de 18 años, sea mujer u hombre, está en condiciones de decidir por su propia cuenta acerca de su destino. A esa edad cualquier persona es considerada ante la ley como totalmente responsable de sus actos.
Pero en Colombia una mujer cumple 18 años, llega a los 20 años, pasa por los 25 años, e incluso asciende al tercer piso, y todavía es considerada como una “niña”.
El último caso, muy patético por cierto, es el de Gabriela Salazar, una “niña” de 18 años, que fue contratada para ilustrar el recién publicado libro de Pilar Castaño La Maravilla de ser mujer. Todo indica que esta “niña” plagió descaradamente las ilustraciones de la artista estadounidense Inslee Haynes. La única diferencia con los dibujos originales es la firma.
Pues bien, en la presentación de la noticia en medios como W Radio, a Gabriela Salazar se la presentó como si fuera una pobre “niña” de 18 años que hizo el plagio sin darse cuenta del todo del daño que iba a ocasionar. Como se trata de una “niña” no es del todo culpable del delito que cometió. Así también se han referido los medios a las “niñas” de 23 años que han sido vinculadas al famoso caso del asesinato de Luis Andrés Colmenares.
Este es precisamente el problema con decirle “niñas” a mujeres hechas y derechas. Una persona de 18 años como Salazar que estudia en Estados Unidos sabe perfectamente qué es plagio y qué no lo es. Lo que hizo con las ilustraciones del libro de Castaño fue a sabiendas.
Salazar no puede alegar desconocimiento del delito. No es una inocente “niña” que de buena fe hizo un plagio. Es una mujer hecha y derecha que por motivaciones que solo ella puede explicar optó por engañar tanto a la autora del libro como a los lectores del mismo. ¿Pensó que podía salirse con la suya? Solo en eso se podría argumentar que pecó de inocente.
Pero en Colombia una mujer cumple 18 años, llega a los 20 años, pasa por los 25 años, e incluso asciende al tercer piso, y todavía es considerada como una “niña”.
El último caso, muy patético por cierto, es el de Gabriela Salazar, una “niña” de 18 años, que fue contratada para ilustrar el recién publicado libro de Pilar Castaño La Maravilla de ser mujer. Todo indica que esta “niña” plagió descaradamente las ilustraciones de la artista estadounidense Inslee Haynes. La única diferencia con los dibujos originales es la firma.
Pues bien, en la presentación de la noticia en medios como W Radio, a Gabriela Salazar se la presentó como si fuera una pobre “niña” de 18 años que hizo el plagio sin darse cuenta del todo del daño que iba a ocasionar. Como se trata de una “niña” no es del todo culpable del delito que cometió. Así también se han referido los medios a las “niñas” de 23 años que han sido vinculadas al famoso caso del asesinato de Luis Andrés Colmenares.
Este es precisamente el problema con decirle “niñas” a mujeres hechas y derechas. Una persona de 18 años como Salazar que estudia en Estados Unidos sabe perfectamente qué es plagio y qué no lo es. Lo que hizo con las ilustraciones del libro de Castaño fue a sabiendas.
Salazar no puede alegar desconocimiento del delito. No es una inocente “niña” que de buena fe hizo un plagio. Es una mujer hecha y derecha que por motivaciones que solo ella puede explicar optó por engañar tanto a la autora del libro como a los lectores del mismo. ¿Pensó que podía salirse con la suya? Solo en eso se podría argumentar que pecó de inocente.