Hay que ver como sus partidarios acusan a Juan Manuel Santos de corrupción y de promotor de los falsos positivos (o sea de asesino).
Se han dedicado a hacer estas acusaciones a través del Internet y por comunicación voz a voz. Al tiempo que los “mockusianos” esparcen alegre e irresponsablemente estas falsedades, su candidato se presenta ante la opinión pública como si él fuera la víctima de una campaña sucia.
Mockus siempre ha utilizado en política la misma estrategia. Él es un santo, que a diferencia de sus rivales, no está contagiado por lo malo que sucede en la política. Sólo que en este caso se le ha ido la mano. Las imputaciones que sus partidarios le hacen a Santos no sólo son totalmente falsas sino que son muy graves. Se trata de infames calumnias salidas de una campaña especializada en el manejo de la doble moral.
Mockus siempre ha utilizado en política la misma estrategia. Él es un santo, que a diferencia de sus rivales, no está contagiado por lo malo que sucede en la política. Sólo que en este caso se le ha ido la mano. Las imputaciones que sus partidarios le hacen a Santos no sólo son totalmente falsas sino que son muy graves. Se trata de infames calumnias salidas de una campaña especializada en el manejo de la doble moral.