Para mostrar independencia de Estados Unidos, los gobernantes del ALBA utilizan a una Rusia que sólo existe en su imaginación.
Los Presidentes de los países miembros del ALBA (Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe) se la pasan en flirteos con Rusia. Los gobernantes de Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua siguen bajo el hechizo de una Rusia que ya no es. De la que existió cuando era la meca del comunismo mundial, hace más de dos décadas.
Lo curioso es que Rusia actualmente no es modelo político ni económico para nadie, ni pretende serlo. De país totalitario comunista pasó a ser un país donde predomina un capitalismo autoritario que algunos califican de primitivo.
Lo curioso es que Rusia actualmente no es modelo político ni económico para nadie, ni pretende serlo. De país totalitario comunista pasó a ser un país donde predomina un capitalismo autoritario que algunos califican de primitivo.
Por otro lado, es cierto que Rusia tiene algunos intereses contrapuestos a los de Estados Unidos (el país que aborrecen los gobernantes del ALBA). Pero sus desavenencias con Estados Unidos son primordialmente en su área de influencia geográfica, en su patio trasero, y nada tienen que ver con América Latina.
Ahora bien, ni siquiera en el sector energético Rusia es un exportador importante de capital y tecnología. Por el contrario, tal como lo reconoció hace poco Vladimir Putin, necesita urgentemente de la inversión extranjera para avanzar en el desarrollo de su inmenso potencial de recursos naturales y para modernizar una obsoleta infraestructura petrolera y minera.
La preocupaciones estratégicas de Rusia en lo político y en lo económico están básicamente circunscritas a su desarrollo económico interno y al manejo de unas complejas y extensas fronteras que lindan con toda clase de países, unos más problemáticos que otros, en Europa, Medio Oriente y Asia.
Pero todo ello no obsta para que Hugo Chávez haya visitado a Rusia en numerosas ocasiones. En cada visita firma convenios de cooperación y hace un gran despliegue de las supuestas inversiones que se harán en Venezuela con la ayuda del gobierno ese país. También han visitado a Rusia Rafael Correa, Daniel Ortega y Evo Morales. Todos ellos han ido en busca de inversiones y hasta de préstamos. Pero han salido con las manos vacías. Con una sola excepción: la compra de armas, un sector en el cual Rusia es más o menos competitiva.
Fuera de la venta de armas, es poco lo que Rusia puede ofrecerle a los países del ALBA. Y no es mayor cosa lo que estos países pueden ofrecerle a Rusia. Sin embargo, para los Presidentes del ALBA lo importante es mostrar independencia de Estados Unidos, cueste lo que les cueste. Porque así como todavía juegan con la pintoresca idea de que Rusia es alternativa política y económica al “imperio”, así también juegan con la otra pintoresca idea de que sus países enfrentan un mortal enemigo representado por Estados Unidos.
Por lo visto, los Presidentes de los países del ALBA no han podido superar la caída del Muro de Berlín. Siguen con la interpretación bipolar que se imponía en la época de la Guerra Fría. No pueden vivir sin esa bipolaridad. Dado que el mundo actual ya no se ajusta a esa bipolaridad, entonces, ignoran la nueva realidad y se inventan una que solo existe en sus cabezas.
Es como cuando alguien que ha perdido a un ser querido conserva inalterados por décadas sus objetos, sin cambiarlos de lugar, tal como quedaron el día anterior a su partida…
Ahora bien, ni siquiera en el sector energético Rusia es un exportador importante de capital y tecnología. Por el contrario, tal como lo reconoció hace poco Vladimir Putin, necesita urgentemente de la inversión extranjera para avanzar en el desarrollo de su inmenso potencial de recursos naturales y para modernizar una obsoleta infraestructura petrolera y minera.
La preocupaciones estratégicas de Rusia en lo político y en lo económico están básicamente circunscritas a su desarrollo económico interno y al manejo de unas complejas y extensas fronteras que lindan con toda clase de países, unos más problemáticos que otros, en Europa, Medio Oriente y Asia.
Pero todo ello no obsta para que Hugo Chávez haya visitado a Rusia en numerosas ocasiones. En cada visita firma convenios de cooperación y hace un gran despliegue de las supuestas inversiones que se harán en Venezuela con la ayuda del gobierno ese país. También han visitado a Rusia Rafael Correa, Daniel Ortega y Evo Morales. Todos ellos han ido en busca de inversiones y hasta de préstamos. Pero han salido con las manos vacías. Con una sola excepción: la compra de armas, un sector en el cual Rusia es más o menos competitiva.
Fuera de la venta de armas, es poco lo que Rusia puede ofrecerle a los países del ALBA. Y no es mayor cosa lo que estos países pueden ofrecerle a Rusia. Sin embargo, para los Presidentes del ALBA lo importante es mostrar independencia de Estados Unidos, cueste lo que les cueste. Porque así como todavía juegan con la pintoresca idea de que Rusia es alternativa política y económica al “imperio”, así también juegan con la otra pintoresca idea de que sus países enfrentan un mortal enemigo representado por Estados Unidos.
Por lo visto, los Presidentes de los países del ALBA no han podido superar la caída del Muro de Berlín. Siguen con la interpretación bipolar que se imponía en la época de la Guerra Fría. No pueden vivir sin esa bipolaridad. Dado que el mundo actual ya no se ajusta a esa bipolaridad, entonces, ignoran la nueva realidad y se inventan una que solo existe en sus cabezas.
Es como cuando alguien que ha perdido a un ser querido conserva inalterados por décadas sus objetos, sin cambiarlos de lugar, tal como quedaron el día anterior a su partida…