El gobierno de Venezuela está invitando a las grandes multinacionales del petróleo a que inviertan para extraer el crudo pesado del Orinoco.
Esta solicitud viene después de que en 2007 el gobierno tomó control de los proyectos que allí operaban. En ese entonces Exxon Mobil y ConocoPhillips no quisieron quedar en posición minoritaria y se retiraron a cambio de una indemnización. Otros como Chevron aceptaron a regañadientes los nuevos términos planteados por Chávez, y recibieron una compensación.
En un informe periodístico, Rachel Jones de la Associated Press destaca la forma como la industria petrolera venezolana se ha estancado bajo el gobierno de Chávez. Fueron despedidos miles de técnicos de PDVSA con conocimientos críticos, al tiempo que desde 2002 se ha inflado la nómina con 70.400 empleados, la mayoría sin idoneidad en materias petroleras. De hecho, PDVSA se ha convertido en una agencia estatal de servicios sociales multipropósito. Una de sus filiales se especializa en proyectos de desarrollo urbano. Otra en vender leche, huevos y granos en estaciones del metro y plazas de mercado. Incluso Chávez encargó a PDVSA de entrenar al equipo olímpico que, entre otras, se desempeñó sin pena ni gloria en Beijing.
En el Golfo de Maracaibo se puede apreciar plenamente el abandono y el desgreño de la actividad petrolera venezolana. Es un panorama en el cual hay multitud de plataformas que no funcionan, tubería oxidada, maquinaria rota y maleza en los caminos. PDVSA insiste en que la producción venezolana es de 3.3 millones de barriles diarios, pero todos los analistas, incluida la OPEC, la sitúan en 2.4 millones de barriles diarios, o sea 16% menos que en 1998 cuando Chávez tomó posesión del gobierno.
Ahora bien, con los precios actuales del petróleo es muy dudoso que haya una gran cantidad de interesados en invertir en crudo pesado. La conversión del crudo del Orinoco de pesado a utilizable es particularmente costosa. Eso, claro está, no es problema cuando el precio está por las nubes. Pero a los precios actuales el tema de los márgenes se vuelve crítico.
Aparentemente varias de las grandes empresas petroleras ya pagaron US$2 millones por el paquete de información sobre los depósitos del Orinoco. Eso no quiere decir que liciten. El riesgo jurídico con Chávez es alto y pesa cuando de grandes inversiones se trata. La asociación en condición minoritaria con una PDVSA completamente politizada no es una opción particularmente atractiva para varias de las multinacionales.
Y, sin embargo, el petróleo es el petróleo, las petroleras son las petroleras, las reservas probadas son las reservas probadas, y si la enmienda de reelección presidencial indefinida que se votará en febrero 15 es rechazada…
En el Golfo de Maracaibo se puede apreciar plenamente el abandono y el desgreño de la actividad petrolera venezolana. Es un panorama en el cual hay multitud de plataformas que no funcionan, tubería oxidada, maquinaria rota y maleza en los caminos. PDVSA insiste en que la producción venezolana es de 3.3 millones de barriles diarios, pero todos los analistas, incluida la OPEC, la sitúan en 2.4 millones de barriles diarios, o sea 16% menos que en 1998 cuando Chávez tomó posesión del gobierno.
Ahora bien, con los precios actuales del petróleo es muy dudoso que haya una gran cantidad de interesados en invertir en crudo pesado. La conversión del crudo del Orinoco de pesado a utilizable es particularmente costosa. Eso, claro está, no es problema cuando el precio está por las nubes. Pero a los precios actuales el tema de los márgenes se vuelve crítico.
Aparentemente varias de las grandes empresas petroleras ya pagaron US$2 millones por el paquete de información sobre los depósitos del Orinoco. Eso no quiere decir que liciten. El riesgo jurídico con Chávez es alto y pesa cuando de grandes inversiones se trata. La asociación en condición minoritaria con una PDVSA completamente politizada no es una opción particularmente atractiva para varias de las multinacionales.
Y, sin embargo, el petróleo es el petróleo, las petroleras son las petroleras, las reservas probadas son las reservas probadas, y si la enmienda de reelección presidencial indefinida que se votará en febrero 15 es rechazada…