El acuerdo sobre el segundo rescate de Grecia por 130.000 millones de euros constituiría la mayor reestructuración de deuda soberana realizada nunca.
Según el Instituto Internacional de Finanzas (IFF), si se concluye con éxito el canje de bonos contemplado en el acuerdo se podría reducir la deuda griega en 107.000 millones de euros, o sea cerca de 50% de lo que fue su PIB en 2011.
Por cada bono griego se condonará 53,5% del importe principal, lo que representa una pérdida de más de 70% sobre el valor presente neto de estos bonos. Para materializar el castigo Grecia ofrecerá bonos con tasas de interés entre 2% y 4,3% según su plazo. El 31,5% del valor de los bonos actuales será canjeado por nuevos bonos con vencimientos entre 11 y 30 años. El restante 15% serán títulos emitidos por el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) con un vencimiento de 24 meses. El FEEF proporcionará incentivos a la banca privada y aportará garantías para asegurar que el Banco Central Europeo (BCE) acepte como colateral a los bonos griegos.
A cambio de la ayuda Grecia se ha comprometido a una serie de fuertes recortes en el gasto público y en las pensiones, así como aumentos en impuestos, que muchos analistas consideran acentuarán la contracción económica y dificultarán el logro de las metas contempladas de reducción de la deuda (metas cuyo denominador es el PIB). Sin embargo, la alternativa es peor: sin ajustes la capacidad de ese país para realizar pagos de su deuda, así sean muy parciales, sería mínima y se caería en el escenario de la insolvencia y el abandono de la eurozona.
Por otro lado, la aprobación del rescate supone por parte del gobierno griego la creación de una cuenta bloqueada para dar prioridad al pago de la deuda, bajo la supervisión del BCE, la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El actual paquete de emergencia es el segundo préstamo para Grecia, que ya había recibido en mayo de 2010 un primer rescate de 110.000 millones de euros, constituido por préstamos de los gobiernos de la eurozona y el FMI. Para los escépticos este segundo intento de rescate correrá la misma suerte del primero. El castigo para los tenedores privados evitará que Grecia retorne a los mercados, con la consecuencia que de ahora en adelante dependerá exclusivamente de los apoyos oficiales que pueda obtener. Entre otras porque los acreedores oficiales quedarán con la ventaja de que sus deudas tendrán la prioridad en el momento de los pagos.
Con este acuerdo, Grecia se convirtió en una especie de colonia de tercera categoría de la UE. Sin soberanía para decidir sobre el manejo de su gobierno. Totalmente dependiente de la financiación oficial de los otros gobiernos de la eurozona y del FMI. Queda por ver cómo votarán los griegos en la elección que tendrá lugar en abril de 2012. Si respaldarán o no a los partidos políticos que apoyan este embrollado acuerdo.
(Advertencia: lanota.com sólo utiliza este nombre. No tiene relación alguna con portales o empresas que emplean la palabra lanota en otras combinaciones de nombres).
Por cada bono griego se condonará 53,5% del importe principal, lo que representa una pérdida de más de 70% sobre el valor presente neto de estos bonos. Para materializar el castigo Grecia ofrecerá bonos con tasas de interés entre 2% y 4,3% según su plazo. El 31,5% del valor de los bonos actuales será canjeado por nuevos bonos con vencimientos entre 11 y 30 años. El restante 15% serán títulos emitidos por el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) con un vencimiento de 24 meses. El FEEF proporcionará incentivos a la banca privada y aportará garantías para asegurar que el Banco Central Europeo (BCE) acepte como colateral a los bonos griegos.
A cambio de la ayuda Grecia se ha comprometido a una serie de fuertes recortes en el gasto público y en las pensiones, así como aumentos en impuestos, que muchos analistas consideran acentuarán la contracción económica y dificultarán el logro de las metas contempladas de reducción de la deuda (metas cuyo denominador es el PIB). Sin embargo, la alternativa es peor: sin ajustes la capacidad de ese país para realizar pagos de su deuda, así sean muy parciales, sería mínima y se caería en el escenario de la insolvencia y el abandono de la eurozona.
Por otro lado, la aprobación del rescate supone por parte del gobierno griego la creación de una cuenta bloqueada para dar prioridad al pago de la deuda, bajo la supervisión del BCE, la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El actual paquete de emergencia es el segundo préstamo para Grecia, que ya había recibido en mayo de 2010 un primer rescate de 110.000 millones de euros, constituido por préstamos de los gobiernos de la eurozona y el FMI. Para los escépticos este segundo intento de rescate correrá la misma suerte del primero. El castigo para los tenedores privados evitará que Grecia retorne a los mercados, con la consecuencia que de ahora en adelante dependerá exclusivamente de los apoyos oficiales que pueda obtener. Entre otras porque los acreedores oficiales quedarán con la ventaja de que sus deudas tendrán la prioridad en el momento de los pagos.
Con este acuerdo, Grecia se convirtió en una especie de colonia de tercera categoría de la UE. Sin soberanía para decidir sobre el manejo de su gobierno. Totalmente dependiente de la financiación oficial de los otros gobiernos de la eurozona y del FMI. Queda por ver cómo votarán los griegos en la elección que tendrá lugar en abril de 2012. Si respaldarán o no a los partidos políticos que apoyan este embrollado acuerdo.
(Advertencia: lanota.com sólo utiliza este nombre. No tiene relación alguna con portales o empresas que emplean la palabra lanota en otras combinaciones de nombres).