En una actitud incomprensible por su impacto sobre el bienestar del pueblo venezolano, ese gobierno rechazó el generoso ofrecimiento colombiano.
El gobierno de Colombia le hizo este especial ofrecimiento a su contraparte venezolana, no obstante que su territorio está bajo los efectos de una intensa sequía ocasionada por el fenómeno climatológico de El Niño. Como se sabe, este fenómeno tiene un impacto mayor sobre Colombia que sobre Venezuela.
El ofrecimiento colombiano le llega a Venezuela en momentos en que el país más rico de América Latina en recursos energéticos está al borde de un colapso de su sistema eléctrico gracias a la corrupción, desidia y falta de planeación del gobierno de Hugo Chávez.
La idea del gobierno colombiano era ofrecerle a Venezuela el envío de la misma cantidad de energía que le ha estado exportando a Ecuador. Este último país ha logrado superar, al menos temporalmente, la crisis eléctrica debido a que allí, a diferencia de Colombia y Venezuela, es temporada de invierno y la presencia de El Niño tiende a acentuar las lluvias.
Pero está demostrado que el gobierno de Venezuela subordina el bienestar de su pueblo a los irracionales caprichos de sus gobernantes, quienes han rechazado olímpicamente medidas de alivio inmediato a la crisis como lo serían la compra de energía eléctrica a Colombia o el retorno al antiguo sistema horario. Poco o nada les importa los inmensos daños y perjuicios que están causando los racionamientos y de los cuales ellos son los exclusivos y directos responsables.
El ofrecimiento colombiano le llega a Venezuela en momentos en que el país más rico de América Latina en recursos energéticos está al borde de un colapso de su sistema eléctrico gracias a la corrupción, desidia y falta de planeación del gobierno de Hugo Chávez.
La idea del gobierno colombiano era ofrecerle a Venezuela el envío de la misma cantidad de energía que le ha estado exportando a Ecuador. Este último país ha logrado superar, al menos temporalmente, la crisis eléctrica debido a que allí, a diferencia de Colombia y Venezuela, es temporada de invierno y la presencia de El Niño tiende a acentuar las lluvias.
Pero está demostrado que el gobierno de Venezuela subordina el bienestar de su pueblo a los irracionales caprichos de sus gobernantes, quienes han rechazado olímpicamente medidas de alivio inmediato a la crisis como lo serían la compra de energía eléctrica a Colombia o el retorno al antiguo sistema horario. Poco o nada les importa los inmensos daños y perjuicios que están causando los racionamientos y de los cuales ellos son los exclusivos y directos responsables.