Anunció aumento de impuestos y la repatriación de US$1.600 millones de reservas líquidas invertidas en el exterior.
Supuestamente las reservas que se repatriarán se destinarán a préstamos al sector productivo a través de la Corporación Financiera Nacional, pero se cree que es una medida de conveniencia dirigida a disponer de una mayor libertad de acción en caso de que el gobierno las llegare a necesitar para financiar su gasto.
En el frente tributario, el gobierno anunció que subirá el impuesto a los giros de capitales de 1% a 2%, que aumentará los impuestos a los medios impresos, cigarrillos y licores, y que establecerá un impuesto de renta mínimo sobre las ventas de las compañías (un impuesto presuntivo de renta). Es decir, se trataría de una reforma tributaria de envergadura con la cual se pretende cubrir un creciente déficit fiscal.
El Presidente Rafael Correa se encuentra empeñado en aumentar significativamente el gasto público sin tener los recursos para hacerlo. De hecho, entre enero y abril de 2009, el gobierno central contabilizó un déficit de US$777 millones, que se compara con un superávit de US$428 millones durante igual período del año anterior. Con un PIB que el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima se contraerá 2% en este año y sin mayores fuentes de financiamiento externo, Ecuador se encuentra en una frágil situación que podría poner el riesgo su dolarización.
Actualmente prevalece un ambiente de incertidumbre ocasionado por un gobierno hostil a la iniciativa privada, que le incumple a sus acreedores externos, que impone multas tributarias a su arbitrio y que modifica permanentemente las reglas de juego. Todo ello ya se refleja en los ingresos de inversión extranjera, los cuales durante el primer trimestre de 2009 fueron apenas US$116 millones, una caída de 73% frente al mismo período de 2008.
Las medidas recientemente anunciadas de elevación de impuestos no evitarán que aumente la salida de capitales. Desalentarán aún más a la inversión privada y constituyen un golpe a la creación de empleo productivo.
En el frente tributario, el gobierno anunció que subirá el impuesto a los giros de capitales de 1% a 2%, que aumentará los impuestos a los medios impresos, cigarrillos y licores, y que establecerá un impuesto de renta mínimo sobre las ventas de las compañías (un impuesto presuntivo de renta). Es decir, se trataría de una reforma tributaria de envergadura con la cual se pretende cubrir un creciente déficit fiscal.
El Presidente Rafael Correa se encuentra empeñado en aumentar significativamente el gasto público sin tener los recursos para hacerlo. De hecho, entre enero y abril de 2009, el gobierno central contabilizó un déficit de US$777 millones, que se compara con un superávit de US$428 millones durante igual período del año anterior. Con un PIB que el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima se contraerá 2% en este año y sin mayores fuentes de financiamiento externo, Ecuador se encuentra en una frágil situación que podría poner el riesgo su dolarización.
Actualmente prevalece un ambiente de incertidumbre ocasionado por un gobierno hostil a la iniciativa privada, que le incumple a sus acreedores externos, que impone multas tributarias a su arbitrio y que modifica permanentemente las reglas de juego. Todo ello ya se refleja en los ingresos de inversión extranjera, los cuales durante el primer trimestre de 2009 fueron apenas US$116 millones, una caída de 73% frente al mismo período de 2008.
Las medidas recientemente anunciadas de elevación de impuestos no evitarán que aumente la salida de capitales. Desalentarán aún más a la inversión privada y constituyen un golpe a la creación de empleo productivo.