Hay una creciente preocupación con la economía china en las bolsas de valores y en los mercados de los productos básicos.
Como se sabe, a comienzos de 2009 China se embarcó en un ambicioso paquete de estímulo —equivalente a US$1.130.000 millones— que sin duda contribuyó a una reacción de las bolsas y a una recuperación de los precios internacionales de varios productos básicos. Sin embargo, a partir de julio de 2009 las autoridades de China reversaron la laxa política monetaria y empezaron a frenar la compra de minerales. Es posible que modifiquen la estrategia de aumentar inventarios de petróleo.
Existe el temor de que la política crediticia laxa que China emprendió en el primer semestre haya llevado a una segunda burbuja hipotecaria y a una acumulación excesiva de inventarios de productos como el acero en los puertos de ese país. Actualmente hay innumerables bienes raíces sin ocupación y la cartera morosa de los bancos estatales va en aumento. Cada vez es mayor el número de analistas que considera que la actual recuperación de la economía de China no es sostenible: que su crecimiento económico que se pensaba iba a ser de 6% en 2009, pero que después del paquete de estimulo se ha estimado en superior a 8%, se desacelerará inevitablemente en 2010.
El primer signo de lo que probablemente se viene es la “corrección” que ya se ha registrado en la Bolsa de Shangai. Cuando el gobierno chino empezó a implementar su paquete de estímulo esa bolsa aumentó 85% en cinco meses. Pero en agosto de 2009 se desplomó hasta en un 20%, luego de que las autoridades aumentaran los requerimientos de encaje de los bancos. De hecho, en julio de 2009, la cartera del sistema financiero cayó 77% en comparación con la de junio.
De manera que el impacto del paquete de estímulo y del elixir del crédito abundante y barato no parece que será duradero. ¿Cuál sería, entonces, la incidencia de una nueva desaceleración de la economía de China? Afectaría indudablemente el crecimiento del los países del Asia y haría más difícil la recuperación de la economía global. Caerían nuevamente los precios internacionales de los productos básicos.
De llegar a consolidarse este escenario, el proceso de recuperación de la economía global no sería en la forma de U sino más bien en la forma de W o mejor, de WWW. O sea con recuperaciones seguidas de desplomes. Lo importante es que los nuevos desplomes sean cada vez menos profundos y las subsiguientes recuperaciones sean cada vez más sólidas. Pero no es claro todavía que la tendencia de las varias W sea ascendente.
Existe el temor de que la política crediticia laxa que China emprendió en el primer semestre haya llevado a una segunda burbuja hipotecaria y a una acumulación excesiva de inventarios de productos como el acero en los puertos de ese país. Actualmente hay innumerables bienes raíces sin ocupación y la cartera morosa de los bancos estatales va en aumento. Cada vez es mayor el número de analistas que considera que la actual recuperación de la economía de China no es sostenible: que su crecimiento económico que se pensaba iba a ser de 6% en 2009, pero que después del paquete de estimulo se ha estimado en superior a 8%, se desacelerará inevitablemente en 2010.
El primer signo de lo que probablemente se viene es la “corrección” que ya se ha registrado en la Bolsa de Shangai. Cuando el gobierno chino empezó a implementar su paquete de estímulo esa bolsa aumentó 85% en cinco meses. Pero en agosto de 2009 se desplomó hasta en un 20%, luego de que las autoridades aumentaran los requerimientos de encaje de los bancos. De hecho, en julio de 2009, la cartera del sistema financiero cayó 77% en comparación con la de junio.
De manera que el impacto del paquete de estímulo y del elixir del crédito abundante y barato no parece que será duradero. ¿Cuál sería, entonces, la incidencia de una nueva desaceleración de la economía de China? Afectaría indudablemente el crecimiento del los países del Asia y haría más difícil la recuperación de la economía global. Caerían nuevamente los precios internacionales de los productos básicos.
De llegar a consolidarse este escenario, el proceso de recuperación de la economía global no sería en la forma de U sino más bien en la forma de W o mejor, de WWW. O sea con recuperaciones seguidas de desplomes. Lo importante es que los nuevos desplomes sean cada vez menos profundos y las subsiguientes recuperaciones sean cada vez más sólidas. Pero no es claro todavía que la tendencia de las varias W sea ascendente.