El Presidente de Francia se alió con Vlademir Putin para atacar con todo a quienes organizaron los recientes ataques terroristas de París.
Para Francia estos ataques terroristas son una guerra contra su país y la respuesta no se debe hacer esperar. Francia es considerada uno de las grandes cuatro potencias militares del planeta y es famosa por la forma sistemática y precisa con la que realiza sus ataques. Al inicio Hollande parecía perdido en medio de las bombas que explotaron a su alrededor en pleno centro de París. Pero poco después tomó las riendas de la situación.
El portaviones Charles de Gaulle llegó con inusitada rapidez a las costas de Siria. Desde allí, y desde bases prestadas en Chipre y Jordania, bombardeó con fiereza las posiciones del Estado Islámico (ISIS). Sin embargo, se sabe que las milicias de esa organización se esconden con su armamento entre la población civil y que para los ataques aéreos sean realmente efectivos se requiere que sean guiados desde el terreno.
Gran problema este para Francia que está renuente a enviar tropas a semejante caldera del diablo que es Siria. Entonces, ni corto ni perezoso Hollande resolvió aliarse con quienes pueden proveer la información desde tierra y que no son otros que los rusos y el odiado régimen de Bachar el Asad.
En relación con Rusia, Hollande llegó rápidamente a un acuerdo para una estrecha coordinación de acciones militares en contra del Estado Islámico. En este sentido, hizo tolda aparte frente a Estados Unidos, Inglaterra y especialmente Alemania (y su Canciller Angela Merkel), quienes han liderado un postura de rechazo y aislamiento de Rusia a raíz de la toma por parte de este país de Crimea y su apoyo a los rebeldes independentistas de Ucrania.
En relación con Bachar el Asad, Francia anunció que colaborará con él en su lucha contra el Estado Islámico. Quedó en un segundo plano aquello de deponer al dictador sirio (apoyado por Rusia), lo que ha sido propósito de las potencias occidentales a través de la provisión de dinero y armas a unos “rebeldes” que buscan derrocarlo.
(Últimamente estos “rebeldes” han quedado en sándwich entre las fuerzas del Estado Islámico y las de Bachar el Asad. Muchos de sus hombres han desertado, llevándose consigo el armamento que recibieron de Estados Unidos y de las otras potencias occidentales).
Hollande ha exigido de sus aliados Estados Unidos, Inglaterra, Alemania y otros países europeos un mayor apoyo en temas de inteligencia para evitar futuros ataques terroristas. Los franceses tomaron atenta nota del hecho que los atentados de París se organizaron desde Bruselas en Bélgica y están muy preocupados que los sistemas de inteligencia de países que no están directamente amenazados bajen a guardia.
Como sea, los ataques terroristas de París agrietaron la alianza liderada por Estados Unidos y Alemania para contener la pretensiones territoriales de Rusia. Echó por tierra los intentos para deponer a Bachar el Asad. Catapultó el liderazgo de Francia en la lucha contra el terrorismo islámico y condujo a la conformación de una alianza militar con Rusia para emprenderla hasta sus últimas consecuencias.
El portaviones Charles de Gaulle llegó con inusitada rapidez a las costas de Siria. Desde allí, y desde bases prestadas en Chipre y Jordania, bombardeó con fiereza las posiciones del Estado Islámico (ISIS). Sin embargo, se sabe que las milicias de esa organización se esconden con su armamento entre la población civil y que para los ataques aéreos sean realmente efectivos se requiere que sean guiados desde el terreno.
Gran problema este para Francia que está renuente a enviar tropas a semejante caldera del diablo que es Siria. Entonces, ni corto ni perezoso Hollande resolvió aliarse con quienes pueden proveer la información desde tierra y que no son otros que los rusos y el odiado régimen de Bachar el Asad.
En relación con Rusia, Hollande llegó rápidamente a un acuerdo para una estrecha coordinación de acciones militares en contra del Estado Islámico. En este sentido, hizo tolda aparte frente a Estados Unidos, Inglaterra y especialmente Alemania (y su Canciller Angela Merkel), quienes han liderado un postura de rechazo y aislamiento de Rusia a raíz de la toma por parte de este país de Crimea y su apoyo a los rebeldes independentistas de Ucrania.
En relación con Bachar el Asad, Francia anunció que colaborará con él en su lucha contra el Estado Islámico. Quedó en un segundo plano aquello de deponer al dictador sirio (apoyado por Rusia), lo que ha sido propósito de las potencias occidentales a través de la provisión de dinero y armas a unos “rebeldes” que buscan derrocarlo.
(Últimamente estos “rebeldes” han quedado en sándwich entre las fuerzas del Estado Islámico y las de Bachar el Asad. Muchos de sus hombres han desertado, llevándose consigo el armamento que recibieron de Estados Unidos y de las otras potencias occidentales).
Hollande ha exigido de sus aliados Estados Unidos, Inglaterra, Alemania y otros países europeos un mayor apoyo en temas de inteligencia para evitar futuros ataques terroristas. Los franceses tomaron atenta nota del hecho que los atentados de París se organizaron desde Bruselas en Bélgica y están muy preocupados que los sistemas de inteligencia de países que no están directamente amenazados bajen a guardia.
Como sea, los ataques terroristas de París agrietaron la alianza liderada por Estados Unidos y Alemania para contener la pretensiones territoriales de Rusia. Echó por tierra los intentos para deponer a Bachar el Asad. Catapultó el liderazgo de Francia en la lucha contra el terrorismo islámico y condujo a la conformación de una alianza militar con Rusia para emprenderla hasta sus últimas consecuencias.