Por lo general aparece después de El Niño. El actual fenómeno empezó en julio de 2010, una vez que concluyó El Niño de 2009/2010.
Este fenómeno afecta con más lluvias al norte de Suramérica y a América Central. El actual La Niña ha tenido un impacto especialmente fuerte en Colombia y Venezuela.
El fenómeno, que es producido por un enfriamiento de las aguas del Océano Pacífico tropical, dura como máximo doce meses. De todas maneras, lo más probable es que se extienda al menos durante el primer trimestre de 2011.
En el caso de Colombia se podría pronosticar un próximo verano relativamente lluvioso. Ese verano debería empezar a mediados de diciembre y es cuando se inician las épocas de siembras en varias regiones del país. Siempre y cuando las lluvias cedan a partir de finales de ese mes, habría condiciones climatológicas óptimas para la siembra de muchos cultivos de ciclo corto.
No sobra recalcar, en estas épocas en que muchos viven obsesionados con el cambio climático, que tanto los fenómenos de El Niño como de La Niña, se vienen presentando de manera bastante regular desde épocas inmemoriales. A veces con más intensidad, a veces con menos. Y que tanto Colombia como Venezuela nunca han estado preparadas para mitigar el catastrófico impacto de un La Niña fuerte, especialmente sobre sus poblaciones ribereñas y en barrios en las laderas de las montañas.
El fenómeno, que es producido por un enfriamiento de las aguas del Océano Pacífico tropical, dura como máximo doce meses. De todas maneras, lo más probable es que se extienda al menos durante el primer trimestre de 2011.
En el caso de Colombia se podría pronosticar un próximo verano relativamente lluvioso. Ese verano debería empezar a mediados de diciembre y es cuando se inician las épocas de siembras en varias regiones del país. Siempre y cuando las lluvias cedan a partir de finales de ese mes, habría condiciones climatológicas óptimas para la siembra de muchos cultivos de ciclo corto.
No sobra recalcar, en estas épocas en que muchos viven obsesionados con el cambio climático, que tanto los fenómenos de El Niño como de La Niña, se vienen presentando de manera bastante regular desde épocas inmemoriales. A veces con más intensidad, a veces con menos. Y que tanto Colombia como Venezuela nunca han estado preparadas para mitigar el catastrófico impacto de un La Niña fuerte, especialmente sobre sus poblaciones ribereñas y en barrios en las laderas de las montañas.