Desde tiempo atrás se sabe que el gobierno venezolano apoya logística y financieramente a organizaciones terroristas como FARC y ETA. El juez de la Audiencia Nacional de España Eloy Velasco lo único que hizo fue sacar a la luz pública algunas de las pruebas existentes sobre la activa participación del gobierno venezolano en la protección y promoción de estas organizaciones y sobre la colaboración que está dos organizaciones se han prestado entre si.
La alianza entre Hugo Chávez y las FARC data desde antes de su llegada a la Presidencia de Venezuela. Esa alianza fue sellada en una reunión que tuvo lugar en Colombia en 1994, el mismo año en el que Chávez visitó por primera vez a Fidel Castro. Al respecto, todo es sabido y conocido.
Según el juez Velasco, el principal representante de ETA en América Latina es Arturo Cubillas Montan, que vive en Venezuela desde 1989 y ha sido empleado público desde 2005 en el Instituto Nacional de Tierras. Este personaje ingresó al Ministerio de Agricultura cuando el actual Vicepresidente de Venezuela Elías Jaua fue nombrado ministro. Juau es el vínculo entre el gobierno de Chávez y ETA. A su vez, los principales contactos de Cubillas Montan con las FARC son Rodrigo Granda e Iván Márquez, que viven en Venezuela desde 2003.
No se trata aquí de entrar en los pormenores de lo que ha sido la estrecha colaboración entre FARC y ETA. Lo que más interesa por ahora es señalar que el intercambio de experiencias en la fabricación de bombas y morteros y en la implementación de tecnologías terroristas urbanas ha tenido lugar en campos de las FARC localizados en Venezuela, y especialmente en los estados de Apure y Zulia.
Por otro lado, miembros de ETA han entrenado no solamente a miembros de las FARC, sino también a miembros del Frente Bolivariano de Liberación (FBL). Esta organización terrorista, una especie de brazo armado del gobierno de Hugo Chávez, está compuesta por unos 3.000 miembros, que operan en los estados de Apure, Barinas, Táchira y Zulia. Sus miembros, no solamente han sido entrenados por ETA y FARC, sino que han participado en operaciones militares de las FARC contra las Fuerzas Armadas de Colombia, en áreas cercanas a la frontera con Venezuela.
Hay que señalar que el FBL tiene vínculos muy directos con Patria Para Todos, que es considerado ingenuamente por muchos venezolanos como el partido de los “comunistas inteligentes”. El líder del PPT es nada menos que el actual ministro de Energía Eléctrica y antiguo ministro de Economía y Finanzas Alí Rodríguez Araque. Este personaje, un ex guerrillero de la vieja guardia comunista, es uno de los más viejos y fieles aliados de los hermanos Raúl y Fidel Castro.
Ahora bien, las vinculaciones del gobierno de Hugo Chávez con el terrorismo no se limitan a las FARC y ETA. Se extienden a las organizaciones terroristas islámicas con vínculos directos con Irán y Siria. Lo que todavía no ha salido a la luz pública es la participación del gobierno de Venezuela y de altos funcionarios de ese gobierno en los movimientos de fondos relacionados con la financiación de estas organizaciones.
¿Qué sigue? ¿Un aislamiento progresivo de Hugo Chávez en la comunidad internacional? No hay que esperar milagros al respecto. Esa comunidad ha demostrado ser lenta y ambivalente en el momento de combatir al terrorismo internacional. Un caso patético, que ilustra la tolerancia con el terrorismo, es el del gobierno de Brasil. Su presidente Luiz Inácio Lula da Silva conoce perfectamente sobre las andanzas de Hugo Chávez y del gobierno venezolano. Eso no obsta para que lo apoye incondicionalmente a nivel internacional y hasta le celebre sus chistes de mal gusto.
Para Colombia es una buena noticia que la justicia española haya levantado un expediente contra las FARC y haya puesto en evidencia lo que se conoce hasta la saciedad, o sea la estrecha relación entre Chávez y su gobierno con ETA y con las FARC, y entre estas dos organizaciones. Ojalá sirva para que ingenuos en Colombia y Venezuela abran por fin los ojos sobre los inmensos desafíos que enfrentan ambos países para librarse de las garras de organizaciones y gobiernos terroristas cuyo objetivo central es el de implantar regímenes políticos totalitarios.
La alianza entre Hugo Chávez y las FARC data desde antes de su llegada a la Presidencia de Venezuela. Esa alianza fue sellada en una reunión que tuvo lugar en Colombia en 1994, el mismo año en el que Chávez visitó por primera vez a Fidel Castro. Al respecto, todo es sabido y conocido.
Según el juez Velasco, el principal representante de ETA en América Latina es Arturo Cubillas Montan, que vive en Venezuela desde 1989 y ha sido empleado público desde 2005 en el Instituto Nacional de Tierras. Este personaje ingresó al Ministerio de Agricultura cuando el actual Vicepresidente de Venezuela Elías Jaua fue nombrado ministro. Juau es el vínculo entre el gobierno de Chávez y ETA. A su vez, los principales contactos de Cubillas Montan con las FARC son Rodrigo Granda e Iván Márquez, que viven en Venezuela desde 2003.
No se trata aquí de entrar en los pormenores de lo que ha sido la estrecha colaboración entre FARC y ETA. Lo que más interesa por ahora es señalar que el intercambio de experiencias en la fabricación de bombas y morteros y en la implementación de tecnologías terroristas urbanas ha tenido lugar en campos de las FARC localizados en Venezuela, y especialmente en los estados de Apure y Zulia.
Por otro lado, miembros de ETA han entrenado no solamente a miembros de las FARC, sino también a miembros del Frente Bolivariano de Liberación (FBL). Esta organización terrorista, una especie de brazo armado del gobierno de Hugo Chávez, está compuesta por unos 3.000 miembros, que operan en los estados de Apure, Barinas, Táchira y Zulia. Sus miembros, no solamente han sido entrenados por ETA y FARC, sino que han participado en operaciones militares de las FARC contra las Fuerzas Armadas de Colombia, en áreas cercanas a la frontera con Venezuela.
Hay que señalar que el FBL tiene vínculos muy directos con Patria Para Todos, que es considerado ingenuamente por muchos venezolanos como el partido de los “comunistas inteligentes”. El líder del PPT es nada menos que el actual ministro de Energía Eléctrica y antiguo ministro de Economía y Finanzas Alí Rodríguez Araque. Este personaje, un ex guerrillero de la vieja guardia comunista, es uno de los más viejos y fieles aliados de los hermanos Raúl y Fidel Castro.
Ahora bien, las vinculaciones del gobierno de Hugo Chávez con el terrorismo no se limitan a las FARC y ETA. Se extienden a las organizaciones terroristas islámicas con vínculos directos con Irán y Siria. Lo que todavía no ha salido a la luz pública es la participación del gobierno de Venezuela y de altos funcionarios de ese gobierno en los movimientos de fondos relacionados con la financiación de estas organizaciones.
¿Qué sigue? ¿Un aislamiento progresivo de Hugo Chávez en la comunidad internacional? No hay que esperar milagros al respecto. Esa comunidad ha demostrado ser lenta y ambivalente en el momento de combatir al terrorismo internacional. Un caso patético, que ilustra la tolerancia con el terrorismo, es el del gobierno de Brasil. Su presidente Luiz Inácio Lula da Silva conoce perfectamente sobre las andanzas de Hugo Chávez y del gobierno venezolano. Eso no obsta para que lo apoye incondicionalmente a nivel internacional y hasta le celebre sus chistes de mal gusto.
Para Colombia es una buena noticia que la justicia española haya levantado un expediente contra las FARC y haya puesto en evidencia lo que se conoce hasta la saciedad, o sea la estrecha relación entre Chávez y su gobierno con ETA y con las FARC, y entre estas dos organizaciones. Ojalá sirva para que ingenuos en Colombia y Venezuela abran por fin los ojos sobre los inmensos desafíos que enfrentan ambos países para librarse de las garras de organizaciones y gobiernos terroristas cuyo objetivo central es el de implantar regímenes políticos totalitarios.